El párroco, Manuel Márquez Córdoba da gracias a Dios «porque veo como el Espíritu Santo va trabajando en el corazón de las personas de forma misteriosa, porque lo que comienza siendo una preparación por ser padrino o madrina de un niño o niña que está preparándose para hacerse cristiano, en algunas ocasiones se convierte en una experiencia de sentir que Dios los quiere, que ha muerto por ellos y que lo único que desea es hacerle participe de su amor por medio del Espíritu Santo».