NoticiaSemana Santa Villanueva de Tapia: Pasión en verso Publicado: 06/04/2017: 14034 La víspera del Domingo de Ramos, el pueblo de Villanueva de Tapia celebró su ya tradicional representación de la “Pasión” con diálogos en verso, una tradición que hunde sus raíces en el siglo XVIII y que resurge en 1896, para ayudar a levantar la iglesia del pueblo, destruida por el terremoto de Alhama de Granada. Cerca de 40 vecinos forman el equipo de actores que pone en escena la “Pasión” y otro grupo numeroso hace posible que escenarios, sonido, vestuario y todos los detalles estén a punto para el sábado anterior al Domingo de Ramos. Entre ellos, también vemos al párroco, Hermán Marcel Lunar, quien disfruta cada año con la puesta en escena y bendice a los actores antes de comenzar. Juan Castillo, bibliotecario en la Facultad de Económicas, es vecino de Villanueva de Tapia. Durante varios años ha estudiado las raíces de esta representación de la Pasión, llegando a conclusiones muy interesantes. “El Paso de Villanueva de Tapia es una muestra de teatro popular religioso, que nace en 1729, cuando se constituye la Cofradía de Nuestro Jesús Amarrado a la Columna, en cuyas primeras Constituciones se afirma que nace “para hacer el mayor número de pasos y para mayor gloria de la Semana Santa”», explica Castillo. Pero fue en 1896, “tras el derrumbe del templo parroquial por causa del terremoto que asoló Alhama de Granada la noche de Navidad de 1894, cuando varios miembros de la extinta Cofradía y a la cabeza de ellos el sacerdote D. Juan de Lara Granados, natural de Benamejí, decidieron reformar los Pasos y hacer un teatro para recaudar fondos con los que volver a levantar la iglesia. Tomaron los textos anónimos de los pasos de la Magdalena, la sentencia de Pilatos, el Pasillo Simón, el Encuentro entre María y su Hijo, el Descendimiento y la Resurrección y le añadieron nuevos textos tomados de los “Dramas de la Pasión” del siglo XIX, escritos por Antonio Altadil, Enrique Zumel, Enrique Pérez Escrich y José Bonifacio Soriano», añade el Juan Castillo. Así nació este “Paraíso de Salvación” que comienza con Adán y Eva y culmina con la Resurrección de Jesús. Desde 1896 a 1927 se representó, de forma más o menos continuada, en varios momentos de la Semana Santa: el Jueves Santo por la tarde se representaba desde Adán y Eva hasta El prendimiento; el Viernes Santo por la mañana, desde el Descendimiento de la Cruz hasta el final. Y la Resurrección se dejaba para el Sábado de Gloria, a las 12 de la noche. En 2001 se recuperó, gracias a un grupo de vecinos del pueblo, entre ellos el sacerdote Francisco Aranda, natural del pueblo y profesor de Historia Antigua, y se viene representando cada sábado anterior al Domingo de Ramos, gracias al interés y trabajo de la “Asociación Amigos del Paso”. Son 20 las escenas bíblicas que se muestran en este “Paso de Villanueva de Tapia”. Comienzan con Adán y Eva y Abrahán, para sumergirse en el Evangelio con la samaritana, la Última Cena, la despedida de Jesús, el prendimiento, las Casas de Anás, Caifás y Pilatos, el Rey Herodes, el Tribunal de Pilatos, la Verónica, Simón Cirineo, San Juan y La Virgen, el rótulo de la Cruz, la túnica, la muerte de Jesús, el descendimiento y la Resurrección. Lucio Aranda es el director general de la obra, desde que retomaron las representaciones en 2003. Cada año, tras la representación, se reúnen para valorar cómo ha ido todo y qué cambios hay que incorporar para el siguiente año. Y en septiembre, tras el verano, “retomamos los ensayos, arreglamos los escenarios y vamos, poco a poco, poniendo en marcha la escenificación del siguiente año». Lucio representará este año a Caifás, a sus manos llegará Jesús (representado por Miguel Ángel Galeote) y lo enviará a manos de Pilatos. Durante dos horas, los actores hablarán solo en verso: “al principio cuesta aprenderse los diálogos”, explica Aranda, “pero después no se te olvidan”. Lucio sigue viviendo con la misma ilusión y nerviosismo la puesta en escena de cada año “desde pequeño había escuchado que fue algo importante en el pueblo y poder recuperarlo fue para mí ilusionante. Además, acercar a la gente lo que yo creo y tiene mucho valor, para mí muy importante”. No olvida que el primer año de la representación, una señora mayor del pueblo lo abrazó y le dio las gracias por haber puesto en escena de nuevo el Paso, pues ella era descendiente de una de las actrices que había participado en el Paso a comienzos del siglo XX.