Sin embargo, sabéis que hay muchas personas que aún viven bajo el yugo de la opresión, de la esclavitud y de la pobreza.  También en España.  Es posible que no hayan tenido la oportunidad de ser felices. Que hayan visto sus vidas envueltas en las consecuencias de un sistema económico y laboral injusto.  A veces los hombres tratan como números a sus hermanos. Es dramático. Cruel.  Y real. Necesitamos descubrir que todos somos hermanos.  Que somos iguales.  Que nadie es más que nadie.  Y en esto el conocimiento de Dios es determinante.  Quien conoce a Dios descubre la potencia de la fraternidad. 

Vosotros supisteis descubrir en el oriente una estrella que anunciaba el nacimiento de Dios. Una luz que proyectaba la fuerza de su luz divina. Os  pusisteis en camino. Buscasteis incansablemente. Y disteis con la casa donde estaba el niño con su madre María.  Es lo que se lee en uno de los documentos que aluden a vuestra historia: el evangelio de Mateo.  En vuestra historia cielo y tierra; historia y cosmos se unen.

Cromacio de Aquileya, en su Comentario al evangelio de san Mateo, escribió: “Todos vieron la estrella, pero no todos comprendieron su sentido”.  Queridos Reyes Magos: ¡es tan importante que todos descubramos la luz de Dios para nuestras vidas!  El amor fiel y tenaz de Dios tenemos que descubrirlo porque hay muchas personas que sufren.  Necesitan ser felices. Solo si nos encontramos con Dios podremos vivir mejor.   Desgraciadamente, hoy la oscuridad cubre muchos rincones del planeta.  Vosotros, gracias a vuestra capacidad de observación os disteis cuenta de que la esperanza de todos había nacido.  Vivimos en un mundo donde es necesaria una esperanza que ayude a ser felices a la gente.   Si falta la esperanza, la de verdad, se busca la felicidad en cualquier cosa con el consiguiente riesgo de arruinar la vida de muchas personas. Hacen falta hombres y mujeres  que alimenten la gran esperanza. Y posean gran valentía.  Queridos Reyes Magos, vuestra valentía estriba en que a pesar de las dificultades buscasteis a Dios.  Y descubristeis el misterio de Dios hecho carne.  Gracias por vuestro ejemplo.