Vida DiocesanaHojas de hierba Familia, cuna y custodia de la vida Publicado: 03/06/2015: 6522 En la vida aquello que importa es necesario cuidarlo. La familia es un ámbito especialmente sensible a la atención que le debemos dispensar. No todo vale en la vida familiar. Sin ir muy lejos, con los niños no se juega. No se deben utilizar como moneda de cambio. Máxime si pretendemos que se eduquen y crezcan en un ambiente saludable emocional, cultural o religiosamente hablando. Hay quienes con su estilo de vida demuestran algo sorprendente: que los animales se portan mejor con sus crías que ellos mismos. Utilizar a lo más débil del hogar como arma arromadiza demuestra una extrema falta de sensibilidad, educación y madurez. Urge rescatar el cuidado de los más pequeños con gestos sencillos, desprendidos y cotidianos. Con actitudes cercanas, respetuosas y honestas. Con disposición abierta, tierna y divertida. La familia es un don de Dios. Y los hijos especialmente. Aquel que no sea creyente, a poco que valore la familia y la prole, entenderá también que la familia es algo sagrado. En el sentido evocador de la palabra. Desgraciadamente, no todo el mundo entiende la familia, el matrimonio o la vida en común como una oportunidad única para crecer de manera plena como personas. Hay gente egoísta que solo mira por su ombligo e intereses en el ámbito familiar. Como también existe la otra cara de la moneda: personas que han entendido que la vida sin familia carece de sentido. Fruto de ese convencimiento, estos últimos se han empleado a fondo entregando la vida, dando lo mejor de sí mismos, comprendiendo que a pesar de las circunstancias las cosas llevan su ritmo y que lo importante es no perder la comba. La comunidad doméstica es hogar y supone custodia de la vida. Como hogar conviene tenerlo siempre cuidado, atendido, mejorado. Como espacio de custodia es necesario guardarlo, protegerlo, reforzarlo. Cuando la familia se cuida y se protege por parte del padre y la madre; de los hijos o los abuelos; de los tíos o los sobrinos... se establece un espacio privilegiado precioso donde se sientan bases para un crecimiento integral donde todas las dimensiones crecen. También la espiritual. Una familia crecerá unida con más facilidad si la dimensión espiritual se cultiva. Si el respeto a la libertad y a los procesos personales se valora. Si los niños son educados con amor, autoridad y dedicación. Si se cuidan los pequeños detalles, la fidelidad y la lealtad. Rafael J. Pérez Pallarés Rafael J. Pérez Pallarés es sacerdote diocesano y Delegado Diocesano de Medios de Comunicación. Todas las mañanas presenta y dirige el programa de Canal Sur Radio y Radio Andalucía Información “Palabras para la vida”, un programa fruto de los acuerdos entre RTVA y los obispos andaluces. Una vuelta sobre DiosBuenos políticos Comentar artículo Título de un comentario. Este bloque solo estará disponible en los artículos de tipo BLOG y no en los de Diócesis, Noticias o Html/Varios Nº 2 | Nombre de usuario (08/01/2014 15:02) DENUNCIAR COMENTARIO Este bloque solo estará disponible en los artículos de tipo BLOG y no en los de Diócesis Nº 2 | Nombre de usuario (08/01/2014 15:02) DENUNCIAR COMENTARIO Comentario: Nombre: Email: Acepto las Condiciones de uso La dirección IP de su ordenador quedará registrada al realizar el comentario de cara a su identificación por si fuese necesario. RECUERDE: - Estas opiniones pertenecen a los lectores y no a la Diócesis de Málaga - No está permitido hacer comentarios injuriosos o contrarios a la libertad de expresión. - La Diócesis de Málaga se reserva el derecho de eliminar comentarios inadecuados. - No dude en avisar de posibles comentarios inadecuados. - Los comentarios podrán ser reproducidos textualmente en otras publicaciones de la Diócesis. Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir