Publicado: 26/06/2013: 2833

Artículo de opinión publicado el martes 25 de junio en la columna "El Alféizar" de diario SUR. «Cierta tolerancia con el consumo, el control o su legalización es un error. Error al que el Estado le saca beneficio económico con los impuestos. Y las mafias con el tráfico ilegal. Conviene recordarlo. Urge rescatar la educación emocional e invertir en prevención para evitar que nuestros jóvenes entren en el mundo de la droga.»

La droga mata.  Destruye.  Consume. La droga aniquila.  Rompe. Destroza.  El alcohólico lo sabe.  El enfermo a causa del consumo de tabaco también.  El cocainómano lo experimenta.  Proyecto Hombre, fundación presidida por el obispo de Málaga Jesús Catalá, ha presentado la memoria del 2012 y lo ha hecho con datos demoledores. La cocaína, el alcohol y en el cannabis son las sustancias más consumidas por los adultos de Málaga que acuden a tratamiento.  Personas que tienen un perfil: varón de entre 30 y 35 años y soltero.  Con estudios básicos, trabajo y sin problemas legales.  Los menores que atiende Proyecto Hombre son otro cantar.  Tienen de media 17 años y se inician  en el consumo de tabaco y cannabis con 13 años. En el alcohol con 14. El 54% de los chavales que acuden a proyecto hombre consumen cannabis a diario y el 81 tabaco.

La droga es la mejor respuesta que estos adolescentes encuentran a su situación. ¿Por qué?  ¿Qué lleva a un tipo de mediana edad a recurrir a la droga? ¿Por qué razón un adolescente con familia y estudios acude al consumo de droga?  El problema no es la droga.  La clave está en la persona. Conviene recordarlo. Cuando alguien decide consumirla es por alguna razón.  La droga la tomas si quieres.  Y si lo haces es por o para algo: evasión, distracción o socialización. Consumir droga es una decisión equivocada.  Pero real. Y con la crisis recurrente.  Por eso necesitamos educar emocionalmente y aportar razones para que ni por la cabeza se le pase a alguien consumir. 

Cierta tolerancia con el consumo, el control o su legalización es un error.  Error al que el Estado le saca beneficio económico con los impuestos.  Y las mafias con el tráfico ilegal.  Conviene recordarlo.  Urge rescatar la educación emocional e invertir en prevención para evitar que nuestros jóvenes entren en el mundo de la droga.  Porque muchos consumidores experimentan carencias afectivas y otros buscan mimetizarse con el ambiente.   Es posible vivir, reír y convivir sin droga.  Eso tenemos que mostrarlo todos.  Con nuestro ejemplo. Demasiadas vidas jóvenes están en juego en Málaga.

Autor: diocesismalaga.es


Rafael J. Pérez Pallarés

Rafael J. Pérez Pallarés es sacerdote diocesano y Delegado Diocesano de Medios de Comunicación. Todas las mañanas presenta y dirige el programa de Canal Sur Radio y Radio Andalucía Información “Palabras para la vida”, un programa fruto de los acuerdos entre RTVA y los obispos andaluces.

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