NoticiaPatrimonio Miguel Á. Gamero: «Un archivo siempre es un tesoro escondido que hay que descubrir» Miguel Ángel Gamero, nuevo director del Archivo Histórico Diocesano Publicado: 17/10/2024: 1763 Arte El sacerdote malagueño Miguel Ángel Gamero (Cortes de la Frontera, 1974) acaba de ser nombrado director del Archivo Histórico Diocesano y miembro de la Comisión Mixta Junta de Andalucía-Iglesia Católica para la conservación del patrimonio eclesiástico. Historiador del Arte, el también canónigo y párroco de Santiago Apóstol, en la capital, es el director del Departamento de Patrimonio Cultural y Artístico de la Diócesis de Málaga. Como canónigo fabriquero en la Catedral, ya era encargado de la conservación del Archivo Catedralicio. Ahora, el Sr. Obispo lo ha nombrado director del Archivo Histórico Diocesano ¿Cómo recibe esta nueva responsabilidad? Como director del Departamento de Patrimonio ya estaba muy pendiente de su funcionamiento y, por lo tanto, no me ha venido de sorpresa; pero estoy muy contento por el trato con los investigadores, por los trabajadores que hay aquí, por los voluntarios... Siempre hemos estado muy coordinados. Es cierto que el archivo es un servicio más que se presta desde tu ser cura, pero también lo asumo desde mi preocupación por la historia de mi Diócesis. ¿Cuáles van a ser sus líneas de trabajo? En torno al archivo, nuestro reto es digitalizarlo, que la ciencia se ponga al servicio de la historia. Digitalizar el archivo es fundamental para conservarlo, pues el simple roce, la misma grasa de los dedos al tocar los documentos, los va deteriorando. Otro reto es difundirlo, es decir, que se conozca el contenido del archivo, que no sea solo un recurso para investigadores, sino que, por lo menos, en el ámbito de la Iglesia se conozca este tesoro. Yo, con eso, estoy feliz. Aparte, creo que es importante ir implementando la restauración de documentos, porque hay muchos que necesitan de una intervención. Dentro de nuestros recursos, intentaremos hacerlo. Miguel Ángel Gamero, en el centro, junto a José María de las Peñas, historiador voluntario del archivo, y la historiadora y periodista Beatriz Lafuente, trabajadora del mismo × Cuando estudiaba Historia del Arte en un aula de la facultad ¿se imaginaba como sacerdote y director de dos de los archivos más importantes de Málaga? Nunca me vi, no. Mi sueño era trabajar en un museo, dar clases o estar en temas de investigación; pero bueno, la llamada de Dios se metió en mitad del estudio de la carrera y no pude decir que no. Y en las aulas del Seminario igual, lo que menos imaginaba era combinar mi vocación al sacerdocio con este servicio al patrimonio. La verdad es que le doy gracias a Dios por lo que he recibido. Lo cierto es que aquel jovencito que estaba estudiando Arte no pensaba en que se iba a encontrar con esta responsabilidad o, en clave cristiana, con este servicio. Recientemente lo han nombrado también miembro de la comisión mixta Junta-Iglesia Católica para la conservación del patrimonio. ¿En qué va a consistir su trabajo? Es una mesa donde nos encontramos miembros de la Iglesia Católica en Andalucía y miembros de la Consejería de Cultura de la Junta. Lo que hacemos es reunirnos para hacer propuestas en el campo del patrimonio religioso, que en Andalucía es muy elevado. Este diálogo es necesario a la hora de intervenir, conservar y difundir todo lo que significa el patrimonio religioso de nuestra Andalucía. Mi voz aquí no va a ser la voz de Miguel Ángel Gamero, será la voz de todos los Obispos del Sur, de la Iglesia de Andalucía, que se sienta para dialogar. Por ahora, la comisión se acaba de constituir y, poco a poco, con la evolución de las reuniones, iremos dando frutos. Una de las mayores dificultades de la conservación del patrimonio religioso es compatibilizar su valor histórico con la necesidad de que siga cumpliendo con la función para la que fue creado. Desde hace ya mucho tiempo, hay una conciencia por parte de las instituciones públicas y de la misma sociedad, de conservar estos bienes. Para ello se han ido haciendo distintas leyes, primero nacionales, después autonómicas, para velar por la conservación de ese patrimonio. Pero no hay que olvidar que las iglesias están vivas, y en ellas se tiene que seguir celebrando la fe por supuesto. La evangelización es la primera misión que tiene la Iglesia y en función de ella se creó todo su patrimonio, tanto arquitectónico como mueble como inmaterial. El arte y el patrimonio tienen esa dimensión de ayudarnos a comunicarnos con el mismo Dios, para tener esa vivencia de la fe más completa, esa dimensión estética que nos ayuda a profundizar en el misterio de Dios. El Archivo Diocesano ha incorporado recientemente los archivos del antiguo hospital Santo Tomás × ¿Cómo se organizan los archivos de la Diócesis de Málaga? En la capital hay dos grandes archivos. Uno es el Catedralicio, que contiene toda la información que ha generado la Catedral desde su creación hasta hoy. La verdad es que es un archivo muy variado pues contiene las actas capitulares, el catálogo de partituras, los detalles de la construcción del edificio, toda la planimetría, etc. Y, por otro lado, está el Archivo Histórico Diocesano que contiene el archivo documental, con los libros sacramentales y otros documentos de toda la diócesis de Málaga, excepto algunos casos en los que esos libros no se trasladaron, como los que están depositados en el Pósito Municipal de Antequera; y otras secciones, como por ejemplo, un planero que contiene todos los planos de edificios religiosos que se conservan desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. Incluye desde la construcción del Seminario, pasando por un plan de zonas devastadas que se hizo para reconstruir todo aquel patrimonio que se había destruido en la guerra, hasta los últimos proyectos que ya están digitalizados. También hemos recopilado y ordenado algo fundamental para los documentos, que son los sellos. Hemos recuperado y clasificado todos los sellos parroquiales originales. Y, ultimamente, se ha añadido una nueva sección, que es el archivo del antiguo hospital de Santo Tomás, que por las condiciones en las que está el edificio, se trasladó aquí. Finalmente hay un archivo diocesano general que contiene todos los documentos que nosotros llamamos "vivos" que recopila todo lo que se genera y tiene menos de 100 años. ¿Qué tipo de servicios se les demandan? ¿Cuál es el perfil de gente que viene al archivo? Son investigadores que vienen por temas muy variados: desde historiadores que están buscando información sobre algo que están estudiando a personas que quieren hacer su árbol genealógico; cualquiera que trate de reconstruir el pasado. Y es que una simple partida de bautismo te puede dar información de calles, de familiares, de localizaciones y de otro tipo de información que te puede ayudar a tirar del hilo. ¿Se valora suficientemente este servicio que hace la Iglesia sin ayudas públicas? Los investigadores evidentemente sí, pero la mayoría de la gente desconoce que un archivo siempre es un tesoro escondido –como el de la parábola del Evangelio– que hay que descubrir. Pablo VI, en una locución a los archiveros eclesiásticos en 1973, decía que los documentos que se conservan en un archivo son eco y huella del paso de la Iglesia, del paso de Cristo por la historia. Creo que ahí está el nivel al que hay que poner los archivos; porque es la misma historia de la diócesis que se materializa en esos documentos. En ellos podemos ir leyendo la vida sacramental de encuentro del fiel con Dios. Ese sacramento se materializa luego en papel, en una grafía, en un relato, que nos cuenta esa historia de salvación de Dios con su pueblo. Y eso es muy bonito. Luego está el valor que tiene. La gran tarea y la gran responsabilidad de los que trabajamos en archivos es que a nosotros nos han pasado un testigo, volviendo a mi denominación de antes, un tesoro. Un tesoro que hay que devolver a la siguiente generación cuidado y conservado en la medida de lo posible. ¿Cuál es el documento de los archivos de la Iglesia de Málaga que a usted más le emociona contemplar? Por ejemplo, uno de los documentos más antiguos que existen en el Archivo Catedralicio, que se firma en Zaragoza y por el cual se erigen las cuatro parroquias históricas de Malaga (Santiago –de la que soy párroco–, Los Mártires, San Juan y el Sagrario). Emociona ver las firmas de los Reyes Católicos en un documento o libros bautismales después de la reconquista, esas grafías de las personas que los fueron transcribiendo... Son cosas que directamente te vinculan con el pasado de tu iglesia y es cierto que cuando los tienes en tus manos son realmente emocionantes. Miguel ángel Gamero muestra uno de los documentos más antiguos que se custodian aquí: una Cédula Real de 1466 firmada por Enrique IV de Castilla, el hermano de Isabel la Católica, sobre los Tercios Reales de Antequera × ¿A qué le llama ahora el Señor? Yo he pretendido ser obediente siempre a lo que se me ha pedido desde la Iglesia, pero es cierto que muchas veces me da vértigo la responsabilidad. Pero tengo claro que, desde lo vocacional, es el Señor el que llama, es el Señor el que envía y es el Señor el que te da los instrumentos y las fuerzas para poder acoger esta tarea y ponerla al servicio.