La obra de Alfonso ofrece su ya tradicional ayuda para profundizar en las lecturas del Año litúrgico, en este Ciclo C siguiendo el evangelio según san Lucas, "evangelista de la misericordia de Dios", pero en esta ocasión, con motivo del Jubileo del 2025, tienen además un significativo tinte de esperanza. «Es un tema precioso que la Iglesia nos ofrece a todos y sobre el que nos viene bien reflexionar: la esperanza, ser peregrinos de la esperanza, tan necesaria en nuestro mundo y en nuestra vida de fe», afirma el autor.

El libro va repasando las lecturas y los acontecimientos y fechas marcadas en este jubileo, no sólo a nivel universal, con los distintos jubileos celebrados en Roma, sino en la diócesis. Para ello, ofrece pistas, a modo de tuits al final de cada capítulo, con el que los lectores pueden aplicar el sentido de cada cita a su vida y hacer su propia peregrinación interior.  La presentación tuvo lugar por el propio autor en tras el rezo de Vísperas, en el Monasterio de las Madres Carmelitas de Calle Don Rodrigo, 8, de Málaga, el viernes 25 de octubre a las 19 horas.

En entrevista con el autor, le preguntamos:

¿Cómo desea que ayude a vivir el Jubileo?
El Año litúrgico es un gran pedagogo: nos hace vivir el tiempo con un ritmo sosegado, celebrando el Misterio de nuestra fe, centrado en la Pascua de Resurrección del Señor. Dentro de este ritmo, el libro nos va recordando los momentos más importantes del Jubileo, comenzando por la apertura de la Puerta Santa en la noche de Navidad y presentando las distintas peregrinaciones programadas: desde la de los Medios de Comunicación, que es la primera, hasta la más festiva, la de los jóvenes en agosto. El libro quiere ser un manual de consulta para vivir y celebrar el Jubileo, deteniendo nuestras prisas en el sosiego de la Palabra de Dios. 

¿Cómo puede la Palabra ayudarnos a crecer como testigos de Esperanza?
La Bula con la que el papa Francisco convocaba el Jubileo, tiene como inspiración la carta a los romanos: "la esperanza no defrauda" (Rom 5,5); Cristo es presentado por Juan como la verdadera "puerta de la salvación" (Jn 10,7.9); Pablo recuerda a Timoteo que la Iglesia tiene la misión de anunciar siempre que Cristo es "nuestra esperanza" (1Tim 1,1). La Palabra de Dios es un pregón de esperanza porque anuncia la Resurrección del Señor y nuestra participación en su victoria sobre la muerte ¿hay mayor motivo para la esperanza? En este Año Jubilar, todos somos "misioneros de esperanza", en medio de una humanidad herida.