NoticiaEn los Medios El valor de la palabra Publicado: 07/07/2023: 9174 Artículos Ahora que en política de pactos post electorales hay quien se retracta de lo que dijo, algo que, por cierto, no es nuevo en la reciente historia de España, deseo escribir sobre la palabra. Sí, pretendo escribir sobre la palabra que se pronuncia como representación necesaria; no de las manchas sobre el papel o la pantalla que reúne la visión y la ordena; ni de los fonemas que el oído interpreta siempre en trance de venderse al mejor postor. Pretendo reflexionar sobre la palabra como imprescindible vehículo para entendernos. Máxime en estos tiempos, donde es fácil perder la cabeza, sobre todo, si se tienen dos. Recordemos que es importante tener la cabeza y la palabra ajustada. Las palabras pueden ser sinceras o utilizarse como cortina de humo. Las palabras pueden ser verdaderas o manipularse para conseguir oscuros intereses. Porque las palabras nos traicionan o nos dicen la verdad; o todo a la vez. Las palabras ayudan y dejan tiritando. Las palabras sacuden y envuelven; invaden y sorprenden; revuelcan y enseñan. Las palabras se pronuncian y pueden llegar a quedar escritas en el corazón. Quizá por eso las palabras dejan en evidencia y torturan; nos enfrentan y nos descansan. Las palabras rematan y embarran. Nos descubren. Las palabras pueden ayudar y pueden también destruir. Pueden enseñar y distraer a la vez. Pueden ser creíbles o no. Y he ahí, el valor último de la palabra, porque ésta, como afirmaba Ortega y Gasset, es sacramento de difícil administración. Las palabras pueden llegar a ser tantas como acordemos. Pero solo hay una palabra, la palabra con mayúscula que libera y pone las cosas en su sitio. Esa palabra es la Palabra de Dios. Y, por ende, la palabra dada que hunde raíces en el corazón y la autenticidad.