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Juan Estrada Castro, un “Evangelio vivo con pies de cura”

Detalle de la exposición de Juan Estrada Castro en la parroquia de la Divina Pastora
Publicado: 18/03/2019: 15943

La parroquia de la Divina Pastora y Santa Teresa de Jesús de Málaga capital acoge, desde el 23 de febrero hasta el 5 de abril, una exposición sobre la vida y obra del sacerdote Juan Estrada Castro

Con esta exposición, comisariada por su sobrina, María del Carmen Estrada Fernández, se pretende rendir un homenaje y mostrar el amor que el barrio de Capuchinos sigue sintiendo por el que fuera primer párroco de este templo, desde 1950 hasta su muerte en 1974.

Y es que, a la llegada de este sacerdote diocesano, explica María del Carmen, «la pobreza, las enfermedades y la falta de comida, eran el denominador común del barrio. Por ello, se centró en dos objetivos: el primero de ellos fue fundar una “pseudo farmacia”, que yo atendía, ya que en aquella época estudiaba farmacia. Y así, facilitaba medicinas a las personas que no podían pagarlas. El segundo objetivo, fue crear una residencia de ancianos denominada “Divina Pastora”. Estas y otras tantas obras, hicieron que el día que falleció, en las calles del barrio no cupiese un alma, porque todos los capuchineros querían despedirlo».

DESDE PEQUEÑO

Como explica su biógrafo y también sobrino Diego Estrada, «ya desde pequeño, en su Álora natal, se dedicaba a hacer pequeñas figuras del Señor y de la Virgen con el barro que encontraba en el huerto de su casa. Tenía solo 12 años cuando ingresó en el Seminario y fue ordenado sacerdote en 1931 en Gibraltar por el obispo san Manuel González. Ejerció su ministerio en varias localidades de la diócesis hasta recalar en el barrio de Capuchinos, donde dejó una profunda huella por su testimonio de entrega y ayuda a las personas más desfavorecidas. De hecho, Juan Estrada da nombre a una calle situada frente al templo, donde también existe un monumento dedicado a su figura y está enterrado a los pies de la capilla de la Inmaculada, junto al busto del Cristo de las Lágrimas al que profesaba una gran devoción».
El actual párroco de la Divina Pastora y Santa Teresa, Alfredo López, afirma que «Juan Estrada Castro, supuso para toda la población de esta barriada un soplo de esperanza cristiana y de asistencia socio-caritativa. Ya que respondía a ese modelo de sacerdote nacido del Seminario Diocesano que creó san Manuel González: “Evangelios vivos con pies de cura”. Esta es la mejor definición de un buen y santo sacerdote, cuya vida fue una entrega constante por su feligresía tanto en la dimensión espiritual como social. Ha dejado una impronta ejemplar en todos los presbíteros que hemos tenido la suerte de servir a esta comunidad parroquial. La estatua de su efigie que preside un lateral de la plaza de Capuchinos, siempre tiene flores frescas a sus pies y los capuchineros se paran ante esta y junto a su mirada va una plegaria de gratitud por su generosa vida de entrega y amor sacerdotal».

Beatriz Lafuente

Licenciada en Periodismo e Historia. Casada desde 2011, es madre de un hijo.

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