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Busca las siete diferencias en la Lectio Divina

Publicado: 06/08/2014: 13219

El sacerdote Antonio Collado nos ofrece la Lectio Divina del Evangelio del próximo domingo, 19º del Tiempo Ordinario (Ciclo A). Esta semana, el dibujante malagueño Fano ilustra el pasaje de Mateo con un divertido pasatiempo para encontrar las siete diferencias que existen entre las dos viñetas.

Lectura (Lectio) Los milagros de Jesús, además de dar testimonio del poder de Dios, pretenden provocar o aumentar la fe de quienes los contemplan. Pues con el deseo de que mi fe aumente, con una lectura pausada, me voy apropiando de este pasaje.

Meditación (Meditatio) Es éste un pasaje cargado de simbolismo de Mateo. Tras la multiplicación de los panes y la oración del Maestro a solas en el monte, se inicia el relato de este encuentro de Jesús con sus discípulos, estando mar adentro. La barca estaba ya lejos de la orilla, azotada por el viento. Como sabemos, la barca es una imagen utilizada para referirse a la Iglesia; la tempestad, el agua y la noche evocan, en la mentalidad bíblica, las fuerzas del mal, la angustia y la muerte. La escena ocurre poco antes del amanecer. En el Antiguo Testamento, ése es el tiempo de la actuación salvadora de Dios a favor de su pueblo. Además, para los cristianos, el paso de la noche al día recordaba el momento de la Resurrección del Señor. Los discípulos se asustan al ver a un hombre caminar sobre el agua; Jesús para tranquilizarles, les dice quién, pero no utilizando su nombre, sino el “Yo soy” (Ex 3,14) expresión de Dios en el Antiguo Testamento. Comparo ahora este pasaje con el de Mc 6, 45-53 y descubro las dos modificaciones significativas que introduce Mateo. Pedro aparece una vez más como portavoz del grupo de los Doce. Le pide al Señor realizar lo que es imposible para un hombre: caminar él también sobre las aguas. Y tiene lugar lo increíble. Pero la fe de Pedro es endeble y después de un tiempo comienza a hundirse, entonces grita “Señor, sálvame”. Jesús tiende la mano y la duda de Pedro es asumida por la acción salvadora de Jesús. Finalmente suben juntos a la barca y la tempestad se calma. Continúa el relato con el segundo inciso de Mateo: Jesús es el Hijo de Dios. Es el título más importante en este Evangelio. Lo pronuncia Pedro en nombre de los Doce (Mt 16, 16) y también el centurión al pie de la cruz (Mt 27,54) y por último son todos los discípulos quienes, postrados en la barca, reconocen y confiesan a Jesús como Hijo de Dios. Para los cristianos de la comunidad a quienes Mateo escribe este relato es una llamada a madurar en su fe en Jesús y a no tener miedo de poner la vida en manos de Dios.

Oración (oratio) ¿Con qué me identifico ante estas experiencias de los discípulos reflejadas en el evangelio de hoy? En la presencia de Dios, oro con fe y confianza.

Contemplación (contemplatio) ¿Cómo es el rostro de Jesús que descubro en medio de mis tempestades? Lo contemplo y adoro.

Compromiso (actio) ¿Qué vientos azotan hoy a la Iglesia y a mi vida y qué miedos me provocan?

Antonio Collado

Sacerdote diocesano

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