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Lectio Divina con el Evangelio del domingo

Publicado: 17/03/2014: 10399

Antonio Collado, vicario de la promoción de la fe y párroco de San Juan Bautista de Málaga, nos acompaña en el ejercicio de la Lectio Divina del próximo domingo, segundo de Cuaresma.

HAGO SILENCIO. Siguiendo las recomendaciones de Jesús (Mt.6, 16-18) “Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido”; mi primera tarea es hacer silencio, necesitaré tiempo porque vengo del ruido, de las prisas, de los agobios; este trabajo ya es también oración. Me sereno, me calmo, silencio mi interior.

✔ LECTURA (LECTIO). Me sitúo no ante un texto escrito que tengo que analizar, sino ante una persona, Jesucristo, que se hace presente y me habla personalmente. Tomo conciencia de que el mensaje del Evangelio de este domingo se me dirige a mí y además es una buena noticia para mi vida. Pido al Espíritu que me libere de mis resistencias, rechazos, falta de atención.

✔ MEDITACIÓN (MEDITATIO). Quiero profundizar en el Evangelio de este domingo de Cuaresma; fijándome en los detalles del relato, descubriendo el contexto, el lugar que ocupa en el conjunto del libro. Busco desde el corazón y con la luz de la fe. Mateo sitúa el relato de la transfiguración inmediatamente después del primer anuncio de la pasión (Mt. 16,21-16) Recordar esa vinculación me ayudará a interpretar esta escena, tan enigmática a simple vista. La escena presenta los rasgos típicos de una “teofanía” (manifestación divina) leo Ex 24,12-18 y Ex 34,29-35 y veo las semejanzas. Sabemos que Mateo se remite constantemente a las Escrituras; Jesús es cumplimiento y superación del A.T. Lo que sorprende, en nuestro caso, es que es Jesús y no Dios quien manifiesta su gloria. Fue una visión, buena pista para descubrir que lo que ha sucedido no se sitúa al mismo nivel que las vivencias cotidianas. ¿Qué aspecto sobre la identidad de Jesús han descubierto que no percibían los discípulos en el contacto diario? Comparo el aspecto de Jesús descrito en Mt 17,2 con Mt 13,4 y Mt 28,3-7 y puedo descubrir la diferencia y responder a esta pregunta. De hecho los rasgos con los que se describe a Jesús tienen resonancias pascuales y la presencia de Moisés y Elías viene a corroborar que Jesús es el Mesías de Israel; leo Dt 18,15; Mal 3,23-24 y descubro el porqué. Me fijo en que el centro del relato está ocupado por la voz que se hace sentir desde la nube, signo inequívoco de la presencia de Dios según la Biblia. Es ella la que interpreta definitivamente el sentido de la visión. “Escuchadlo” es el nuevo matiz de esta revelación que no estaba en el relato del Bautismo en el Jordán. No hay dudas: Jesús con su vida ha llevado a su plenitud lo que estaba anunciado en la Ley y los profetas. ¿Cómo reaccionan los discípulos? Confronto la reacción de Pedro en Mt 16,22-28 y descubro en qué sentido podía la transfiguración ayudar a los discípulos a superar el escándalo de la cruz.

✔ ORACIÓN (ORATIO). Algunas pistas para la oración personal: ¿Qué aspectos del misterio personal de Jesús veo reflejados en este episodio? A veces, el Señor me ha regalado momentos de luz, recuerdo algunos de los que he experimentado. ¿Cómo escucho yo la voz del Señor, con qué actitud?

✔ CONTEMPLACIÓN (CONTEMPLATIO). Después de mi trabajo de reflexión y meditación, ahora me pongo en manos de Dios y descubro lo que el Espíritu hace resonar en mí. No tengo que hacer nada, es el momento pasivo de este encuentro con el Señor, me dejo hacer, me mantengo en silencio, callo y adoro.

✔ COMPROMISO (ACTIO). “No vieron a nadie más que a Jesús”: ¿Qué puede enseñarme este relato a la hora de continuar caminando junto a Jesús solo, aún en los momentos de desánimo? ¿Cómo me ayuda esta visión anticipada de la Pascua a vivir sin miedo y con esperanza el momento presente?¿Las luces que encuentro en la oración iluminan mis tareas cotidianas?

Autor: diocesismalaga.es

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