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«El que cumpla y enseñe la ley será grande en el Reino de Dios»

Publicado: 17/02/2014: 10080

Antonio Collado, vicario de la promoción de la fe y párroco de San Juan Bautista de Málaga, nos acompaña en el ejercicio de la Lectio Divina con el Evangelio de este domingo, sexto del tiempo ordinario. «No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud», podemos leer en el capítulo 5 de San Mateo, cuando Jesús se dirige a sus discípulos.

HAGO SILENCIO: El silencio que acalla y modera los deseos es hoy un bien escaso, no surge espontáneamente, hay que buscarlo. Es además una de las condiciones imprescindibles para un encuentro en profundidad, como tiene que ser el ejercicio de Lectio Divina. No te preocupes si necesitas tiempo para silenciar tu entorno y sobre todo tu interior, no es tiempo perdido, es ya un buen preámbulo para la oración e intimidad con Dios, que en el silencio te espera.

LECTURA (LECTIO): Tomo el libro de la Sagrada Escritura con reverencia y leo el texto de S. Mateo 5, 17-37. Leo con atención, con unción. Sé desde la fe que Jesucristo se hace presente cada vez que se proclama su palabra. Leo pronunciando el mensaje para que también el oído capte el sonido de las palabras. Leo con los cinco sentidos. Es Palabra de Dios que se me regala a mí, ahora, en este momento de mi vida.

MEDITACIÓN (MEDITATIO): Después de la lectura pausada, llega el momento de adentrarme en ella. Este comentario te puede ayudar. Hoy comienza propiamente el sermón del monte, Jesús, como nuevo Moisés, nos dice que la ley y los profetas hacen grandes en el Reino a quienes cumplen y enseñan sus mandatos. Es el comienzo de una serie de instrucciones de Jesús sobre cómo se debe interpretar la ley de Moisés. Hay que tener en cuenta la pluralidad de la comunidad de Mateo, formada por cristianos de origen judío y también pagano. Esta interpretación era un motivo constante de discusión entre ellos y con la comunidad judía. Jesús propone vivir la ley desde el espíritu y no desde la letra. ¿Qué dice Jesús sobre este punto al inicio del pasaje? ¿A quiénes no deben parecerse los que han decidido enrolarse en la construcción del Reino de Dios? La Escritura manifiesta la voluntad de Dios vigente hasta el final de los tiempos. La tarea de Jesús está en continuidad con la Escritura de su pueblo, pero él desvela su auténtica esencia y novedad. Los escribas y fariseos habían convertido la ley en una carga pesada e insoportable con su aferramiento a la letra y al cumplimiento externo de la misma. El contraste con Jesús es grande y se especifica aún más con la utilización de las antítesis. En el fondo de las cuatro antítesis está el tema de la justicia; los fariseos se conformaban con marcar los mínimos para salvarse; Jesús se refiere al comportamiento que responde a lo que Dios quiere del ser humano. ¿Cuáles son las cuatro antítesis con las que se ejemplifica la nueva compresión de la ley? No basta un cumplimento externo, sino que son necesarias otras actitudes profundas. ¿Cuáles son?

ORACIÓN (ORATIO): Momento de más intimidad, diálogo y escucha. ¿Mi fe está fundada en una visión demasiado legalista de la vida cristiana? ¿He descubierto la novedad que se esconde tras tantas leyes? ¿Qué pesa más en mi vida las costumbres, las normas o el amor y la fraternidad? ¿Qué tipo de esperanza genera en mí la lectura de este pasaje?

CONTEMPLACIÓN (CONTEMPLATIO): El misterio de Dios no hay que comprenderlo racionalmente; es una experiencia que se me impone, que me plenifica, que me sostiene. En Él vivimos, nos movemos y existimos. Me gozo una vez más de este encuentro.

COMPROMISO (ACTIO): La fe y la vida, la contemplación y la acción, van parejas; son distinta cara de la misma moneda. ¿La fe cristiana es algo pasado que no tiene nada que decir en nuestro hoy? ¿La mentalidad de Jesús, que va más allá de una ética de mínimos, qué actitudes me invita a revisar en mi forma de actuar? ¿Cómo construyo en mi familia, grupo o parroquia la fraternidad?

Autor: diocesismalaga.es

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