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Juan Baena: «Dentro del Seminario somos más felices»

Publicado: 18/03/2014: 13194

El domingo más cercano a la fiesta de San José se celebra el Día del Seminario. Con esta fiesta se ha clausurado en Málaga una semana de Campaña Vocacional en la que los seminaristas de Málaga han recorrido la diócesis para explicar en qué consiste ser cura y dónde está su alegría. En la actualidad la diócesis malacitana cuenta con más de 300 sacerdotes para llevar a cabo los diferentes servicios pastorales y tan solo 18 seminaristas en la cantera. En el siguiente reportaje algunos de ellos nos explican cómo descubrieron que querían ser sacerdotes.

Este domingo, 16 de marzo, se ha celebrado el Día del Seminario. “Un día lleno de emociones y encuentros que tendrá lugar en el emblemático edificio del Seminario Diocesano de Málaga. A lo largo de la semana, los seminaristas han estado realizando la campaña vocacional, en la que recorren comunidades parroquiales, centros de estudios y, también tienen lugar las jornadas de puertas abiertas en el Seminario, para que numerosos jóvenes asistan y perciban las experiencias que viven los seminaristas”, explica el rector del Seminario Mayor, Francisco González.

«Nos encontramos en una sociedad que sufre una crisis de fe y, quizás, sea la vocación sacerdotal y religiosa donde más se manifiesta. Sin embargo, estos jóvenes muestran una intensa fe que supera todas esas barreras y que consigue transmitir la vocación sacerdotal» afirma Francisco González.

UN SEMINARIO JOVEN

«Este gran día es muy significativo para mostrar la vocación y entusiasmo que tenemos los seminaristas por Dios» explica el joven seminarista, José Miguel Porras. Durante la jornada, tendrán la oportunidad de compartir con sus familiares el sentimiento de felicidad provocado al entregar su vida para evangelizar.

En el presente curso son dieciocho seminaristas, de edades comprendidas entre los 19 y los 38, los que se preparan para el ministerio sacerdotal en el Seminario Mayor de Málaga. En sus testimonios se revela la pasión y la alegría que llevan en sus vidas al servir a Dios y a los demás. «Con esta campaña queremos mostrar nuestra experiencia en el Seminario y el cambio tan grande en nuestras vidas desde que tomamos esta fuerte y gran decisión de estar aquí. Sentimos que desde nuestra estancia dentro del Seminario somos más felices y estamos llenos de vida. Por ello, dar a conocer la vocación sacerdotal nos llena de felicidad» detalla con una gran sonrisa el joven seminarista, Juan Baena.

VIVIR EN COMUNIDAD

«El Evangelio es algo que se debe vivir para poder manifestar a los demás. La comunidad dentro del Seminario es una gran familia en la que se comparten sentimientos, vivencias y dificultades, provocando una unión grandiosa» expresa el seminarista, Fernando Luque.

«Con la campaña vocacional, se propicia la llamada al sacerdocio en nuestras comunidades. Especialmente a los jóvenes, para que sepan la formación real de sacerdotes en el Seminario de Málaga. Es una gran oportunidad para atraer a jóvenes que no conocen la Palabra de Dios» explica el coordinador de los medios de comunicación del Seminario, José Miguel Porras.

TESTIMONIO DE LOS SEMINARISTAS

Daniel Coronado,  de 32 años, asegura: «Estamos viviendo la campaña vocacional dando a conocer lo que es la vocación sacerdotal, ya que es algo más que lo que la gente piensa. El Día del Seminario es para compartir nues tra vocación. Aquí vivimos en comunidad y transmitimos el Evangelio entre todos nosotros, nos ayudamos a formarnos y a compartir esa alegría. Todos deberíamos vivir esta gran experiencia llena de felicidad».

Daniel Martín tiene 22 años: «Donde más he sentido que Dios me llama a esto es en el trato con las personas y esta entrega, te la devuelve el Señor con el cariño de tanta gente. La alegría está en darse, en entregarse y en atender al hermano que lo necesita. Cuando uno lo descubre y lo vive, te llena de una inmensa alegría que inevitablemente tenemos que dar a los demás. Nosotros vamos a llevar esa gran alegría a todas partes».

Eduardo Pastor, de 25 años, afirma: «El amor mutuo de Dios y mío me hizo tomar la decisión de entregar mi vida al servicio de los demás. Es un paso que mucha gente no comprende hasta que no lo siente. El Evangelio es la fuerza y la alegría de vivir diariamente. Espero ser un buen sacerdote a través de Dios. El momento más feliz dentro del Seminario es cuando sientes la cercanía de Dios. Para mí la fe es la alegría que produce Dios. Dios es amor».

Juan Manuel Caracuel, de 19 años asegura: «Mi vocación ha estado siempre desde pequeño dentro de mí y se desarrolla en las cofradías y hermandades. Llevo 5 meses en el Seminario y cada día me siento mejor. El Señor es quien quiere que sea sacerdote y él me guía. El Día del Seminario es una jornada para celebrar lo que seremos y la felicidad que nos promueve el Señor».

Enrique Mateo, de 19 años, dice: «Estamos preparando el Día del Seminario con entusiasmo y con muchas ganas de realizar actividades como visitas de las parroquias, puertas abiertas, etc. para que los demás conozcan nuestra vocación y entusiasmo por Dios. Lo más gratificante para mí es entregarme a los demás y ser un ejemplo a seguir por la alegría que poseemos los que nos dedicamos a servir a Dios. Vivir el Evangelio y transmitir la alegría de darlo».

El testimonio de Vladimir Hamratsey, de 21 años, es el siguiente: «Llevo 4 años en el Seminario (6 en España) mi padre y mi abuelo son sacerdotes del rito oriental católico pero yo quiero ser cura latino de aquí. Sin embargo, al principio no quería ser cura, quería ser abogado pero cuando hice el Camino de Santiago sentí la llamada de Dios y al terminar el primer curso (que fue introductorio) sentí que me llenaba muchísimo. Vivir el Evangelio cada día te ayuda a encontrar la felicidad».

Autor: Beatriz Bujalance @beatrizbujalanc

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