Es necesario que le hagamos al Señor esta pregunta, abierta, franca: ¿qué quieres de mí? Y cuando te hable en lo más hondo de tu corazón y te manifieste su voluntad, no tengas miedo en seguirla, porque Dios nunca se acerca y llama para amargar la vida, sino todo lo contrario, para llenarla de sentido y esperanza.

El Señor tiene un plan para cada uno de nosotros, pronuncia nuestro nombre. A nosotros nos toca escuchar, percibir su llamada, ser valientes y fieles para seguirlo.

NO ES FÁCIL

Quizás me dirás que no es fácil escuchar a Dios, tener certeza de la llamada. Es bueno hacer silencio interior, ponerte en oración delante del Señor, encontrarte con su Palabra, recibirlo en la Eucaristía. Y, en ese proceso, busca ayuda en personas con experiencia a los que les expreses tus inquietudes e interrogantes.

No descartes la vocación sacerdotal. Es una hermosa vocación a la que el Señor sigue llamando a jóvenes de corazón grande que deseen recorrer caminos nuevos y ser protagonistas de una apasionante historia de salvación.

Nuestro Seminario Diocesano está abierto para acompañarte en el discernimiento y clarificar la autenticidad de tu posible llamada. El Seminario Menor y el Curso de Discernimiento Vocacional son sencillos pero eficaces instrumentos para ello. No dudes de acercarte y llamar a nuestra puerta. Seguro que te alegrará. Te esperamos.