NoticiaPastoral penitenciaria Así se ha vivido la Semana Santa en las cárceles de Malaga Publicado: 11/04/2023: 11966 Crónica El trinitario Pedro Fernández Alejo, delegado diocesano de Pastoral Penitenciaria, relata en el siguiente artículo cómo se ha celebrado la Semana Santa en los distintos centros penitenciarios de Málaga. Los internos e internas de los Centros Penitenciarios de Málaga, han celebrado con intensidad los distintos momentos litúrgicos que encierra la Semana Santa. Ya en la prisión de Alhaurín se inició la Cuaresma con una celebración comunitaria del Sacramento del Perdón, acompañada con la imposición de la Ceniza y la Eucaristía. La celebración de los Ramos supuso un momento de apertura del corazón para acompañar a Jesús con palmas en las manos, manifestando la alegría de acoger al que “viene en el nombre del Señor” a visitarles a su “casa” y a quedarse allí para compartir la pasión y el dolor de quienes están encarcelados. Jueves Santo, fue la experiencia del encuentro, la comunión y el abrazo fraterno. Fue el momento de la purificación, de la salvación y del servicio; se lavaron las manos manchadas por el desprecio, la marginación, la violencia, el rechazo, la acusación, el egoísmo, la ambición, el poder, el tener, el acaparar. Se ofrecieron dos panes enormes elaborados en la panadería de la cárcel; panes que se trocearon, se repartieron y comieron al final de la eucaristía entre los cerca de cien internos. Viernes Santo fue revivir la propia experiencia personal desde su historia policial, procesal y penitenciaria a imagen del Camino de la Cruz de Jesús. Fue un Viacrucis elaborado por los propios internos siguiendo los pasos de la pasión y muerte de Cristo. La Vigilia Pascual fue el canto más sentido de quienes esperan, desde el interior de la “tumba”, que es la cárcel, poder salir a la luz y sentirse vivos y resucitados como Jesús. Clamar y cantar un ¡Aleluya! que suena a vida y alegría, que se siente que la Vida de Cristo Resucitado entra de lleno en el corazón de quienes viven la esperanza de una pronta y feliz Liberación. En todas las celebraciones los internos e internas se han visto acompañados por un nutrido grupo de Voluntarios de Pastoral Penitenciaria y todos juntos, formando una comunidad creyente que siente, sufre y se alegra porque Cristo sigue padeciendo y muriendo en cada persona a quien se le ha arrancado la libertad, y se llena de alegría siempre que Cristo resucita en el corazón de cada una de ellas sintiéndose más libres y más dignificadas. Pedro Fernández Alejo, trinitario