NoticiaMedalla Pro-Ecclesia Malacitana Francisco Luis: «Tras sufrir un ictus, la visita del Obispo fue muy especial» Publicado: 21/03/2022: 7337 Entrevista Era la primera vez que se hacía la entrega de una Medalla Pro Ecclesia Malacitana fuera del templo parroquial. Con motivo de la Visita Pastoral que el Sr. Obispo llevó a cabo en el arciprestazgo de Axarquía Interior, Francisco Luis García Caro, feligrés de la parroquia de San José, en Vélez-Málaga, recibió en su casa, de manos de D. Jesús, la Medalla, mientras se recuperaba de un ictus que había sufrido recientemente. Un año después de aquel día, Francisco regresa a su parroquia para seguir sirviendo con alegría. ¿Cómo recuerda el día de la entrega de la Medalla? Hacía pocas semanas que había sufrido un infarto de miocardio y un ictus y la tarde que vino el Sr. Obispo a casa era de las pocas en las que me encontraba un poco mejor. La visita de D. Jesús, acompañado de mi párroco Wilfer, para hacerme entrega de la Medalla, provocó en mí unos sentimientos que no le puedo explicar, fue algo tan especial… estando cómo estaba, fue el mejor medicamento de ánimo, ilusión y alegría que podría hacer recibido. Es algo que no olvidaré en mi vida y lo que menos esperaba porque sé que no lo merezco. ¿Cómo fue que comenzó su servicio en la parroquia? Fue el sacerdote Rafael López Cordero, en los años que estuvo con nosotros como párroco, quien me empujó para insertarme más en la parroquia. Cuando daba catequesis a los grupos que se preparaban para recibir la confirmación, mi objetivo era explicarle a los catecúmenos lo mucho que el Señor me había dado, y mi deseo de devolver algo de tanto como había recibido. Yo les decía que si no eran de rezar mucho, por lo menos que le dieran gracias a Dios al levantarse pues cada día es un regalo que Dios nos da; y que lo importante no es hacer muchas cosas buenas, sino hacerlas con todo el cariño. ¿Desde cuándo está inserto en la vida de la comunidad parroquial? Desde que era una capilla al lado del instituto, yo vivía muy cerca y colaboraba con el párroco. Después conseguimos construir un templo nuevo y, desde entonces, he colaborado con todos los párrocos: José Antonio García, que fue estupendo; Rafael López, que para mí es como de mi familia; Antonio Castilla, Eduardo Resa y ahora Wilfer Darío. Todos han sido un regalo de Dios, pero con Rafael López he vivido momentos inolvidables. Yo soy natural de Antequera y la primera comunión la recibió con los padres capuchinos. Desde esos años de preparación, creció en mí el deseo de conocer Tierra Santa, pero nunca había podido ser. Siendo párroco Rafael, en 2011, organizó una peregrinación de la parroquia a Tierra Santa que no voy a olvidar en mi vida. Entonces, para usted, ¿qué es la parroquia? Es mi vida. Ya sin la parroquia no puedo vivir, me faltaría media vida. El párroco actual es también un ángel bajado del cielo. En este año que llevo convaleciente, todos los domingos viene a traerme la comunión a casa. ¿Cuál es su acción de gracias a Dios? Le doy gracias a Dios constantemente, por todas las personas maravillosas que ha puesto en mi vida, que han sido muchas en los 74 años de vida que llevo, tanto en Antequera, donde viví mis primeros 12 años, como en Vélez-Málaga. La adoración ante el Santísimo es imprescindible para mí, de ahí viene mi fuerza; y me encanta poder servir llevando el despacho parroquial y acoger a quienes llegan a la parroquia porque, como siempre me decía Rafael López: “la cara de la parroquia eres tú y, si tratas con cariño a quienes llegan, se llevarán un buen recuerdo de la parroquia”.