NoticiaMedalla Pro-Ecclesia Malacitana Manuel Fortes: «De niño, mi madre reconocía cuándo era yo el campanero, por lo ligero que tocaba» D. Jesús Catalá, Obispo de Málaga, entrega de la Medalla Pro Ecclesia Malacitana a Manuel Fortes, en Benamargosa Publicado: 07/03/2022: 6981 Entrevista Durante la Visita Pastoral a la parroquia de Benamargosa, el Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, entregó la Medalla Pro Ecclesia Malacitana al feligrés Manuel Fortes Marín, «por su gran generosidad y su entrega dedicada a la parroquia Nuestra Señora de la Encarnación». Un día «para recordar mientras viva». Manuel, ¿cómo recuerda usted el día de la entrega de la Medalla? Como un día para recordar mientras viva. D. Mariano, mi párroco, lo tenía todo organizado. El Sr. Obispo había venido para hacer la Visita Pastoral y yo ayudé en todo lo que pude, como siempre hago. Cuando terminó la Misa, mi párroco me llamó, D. Jesús se acercó con la Medalla y el Diploma y me dijo: “esta Medalla es muy importante, porque es de la Virgen de la Victoria”. En Benamargosa soy el primero que la tiene. Un momento muy emocionante. ¿Desde cuándo es parte de la parroquia? Desde pequeñito. Nací en el pueblo, en mi juventud me fui a Barcelona a trabajar, y allí también colaboraba con la parroquia y con Cáritas y, cuando me jubilé, regresé al pueblo y sigo colaborando con la parroquia. Llevo tres días sin poder bajar a la iglesia, porque no me encontraba muy bien y ya estoy que me falta algo. Ahora las campanas son automáticas pero, cuando era pequeño, las campanas se tocaban tirando de una cuerda y, cuando las tocaba yo mi madre decía, “ese es mi Manolo, porque corre mucho tocando”. Desde que regresé, he trabajado con tres párrocos: Andrés Pérez, con quien sigo teniendo amistad; Francisco Sánchez, un cura estupendo; y el actual, Mariano Pérez, que es como mi familia. ¿Cuál es su labor en la parroquia? Tengo setenta y tantos años, pero me encuentro muy ágil, así que colaboro en todo lo que se necesita. Como D. Mariano lleva cuatro pueblos, estoy aquí pendiente para abrir y cerrar la iglesia, tocar para Misa, tocar de difunto cuando lo hay, atender el templo. Incluso si viene alguien al pueblo a ver la iglesia, yo se la enseño. ¿Podría vivir sin su parroquia? No podría, es que soy parte de ella desde pequeño. Sin ella me faltaría algo. Es verdad que los feligreses nos vamos haciendo mayores, pero siguen viniendo algunos jóvenes. ¿Por qué dedica el tiempo a la parroquia? Seguro que podría hacer muchas otras cosas que antes no puedo hacer. Cierto, podría dedicar el tiempo a otra cosa, o a descansar, pero es que soy parte de la parroquia y hay mucho bueno que hacer. Acompaño al párroco a visitar a los enfermos y los mayores del pueblo, que algunos están muy solos en su casa. Los visitamos y echamos un ratito con ellos. Su acción de gracias a Dios, ¿cuál sería? Le doy gracias a Dios por todo lo vivido y le pido que se acaben las guerras y haya paz en el mundo. Al Señor, hay que darle muchas gracias.