¿Qué significa para usted ser el presidente de la CONFER en Málaga?

Primero, una gran responsabilidad por representar institucionalmente a todos los consagrados que trabajan con generosidad en la Diócesis de Málaga. Y después, una nueva oportunidad de servicio a la Iglesia.

En nuestra diócesis son numerosas las congregaciones religiosas, de carismas diversos, ¿cuál diría usted que es la aportación de los religiosos en la diócesis de Málaga?

La aportación que los religiosos realizan es la diversidad de servicios que prestan a la Iglesia y a la sociedad y que permite la presencia del amor de Dios y la buena noticia del Evangelio en muchos ámbitos como son la educación, la salud, el asistencial, etc., sin olvidar el ámbito parroquial. Pero, sobre todo, los religiosos al dedicarse totalmente a Dios como a su amor supremo contribuyen a la edificación de la Iglesia, a la salvación del mundo y son signos preclaros que anuncian la vida futura.

¿Es posible trabajar en comunión o se nos queda en teoría?

Creo que es posible la comunión. Es verdad que es un ideal que lograremos en la medida que sigamos lo que el apóstol San Pablo afirma en el capítulo 12 de la Primera Carta a los Corintios: diversidad de ministerios pero un solo Señor.

¿Qué retos tienen los religiosos y religiosas de la diócesis de Málaga?

Los retos que hoy tienen los religiosos en la Diócesis de Málaga, y en la Iglesia en general, es seguir manteniendo su presencia significativa y, para ello es necesario una renovación continua que mantenga viva su opción para vivir siguiendo más de cerca a Jesucristo.

¿Cómo se plantea usted el verano?

El verano es una oportunidad por el descenso de la actividad pastoral para ocuparlo en la renovación personal dedicando tiempo a la lectura y también para poder tener espacio para el encuentro con la familia.