NoticiaFormación Medalla por una vida entregada a acompañar la formación Publicado: 09/06/2015: 14458 Dolores Fernández recibió el domingo 7 de junio la Medalla “Pro Ecclesia Malacitana” de manos del obispo de Málaga, Jesús Catalá, como signo de reconocimiento al trabajo callado y anónimo de tantas personas a favor de la Iglesia católica. Esta feligresa de la parroquia María Madre de Dios de la capital ha visto premiado así su servicio a la Escuela Teológica “Beato Manuel González”, antes conocida como Escuela de Agentes de Pastoral. La Diócesis valora el servicio y la fidelidad de Dolores a esta escuela a la que está vinculada desde sus orígenes y en la que hombres y mujeres sea cual sea su formación profundizan en su conocimiento de Dios, de Jesucristo y de la Biblia para luego poder apoyar de modo más eficaz la labor de la Iglesia en campos como la catequesis, el acompañamiento a enfermos, el voluntariado de prisiones o Cáritas. La entrega tuvo lugar en el marco del 25 aniversario de la escuela, que se celebró con una jornada de actividades y una Eucaristía en la iglesia de la Concepción, de las Esclavas del Sagrado Corazón, situada en calle Nueva. En los 25 años que lleva como voluntaria en el centro, Dolores sólo ha faltado en contadísimas ocasiones. «La escuela cambió mi vida –afirma–. En ella he conocido a un Dios Padre cercano, misericordioso, que me quiere como soy, y a un Jesús cuya vida me ha ayudado a cambiar mis actitudes. He sido catequista durante años y toda esta formación me ha servido mucho». Dolores inició su relación con el centro como alumna. Luego empezó a formar parte del equipo de monitores y actualmente coordina la Escuela Teológica de Málaga, una de las sedes de este centro que se encuentra repartido por toda la provincia y la ciudad autónoma de Melilla. Gabriel Leal, su director, explica que esta iniciativa ofrece «una formación teológica durante tres años donde se repasa fundamentalmente los contenidos de la fe cristiana. Esto se hace en un proceso, plural y diocesano, que viene acompañado por unos profesores, monitores y compañeros del grupo, que permite que el conocimiento que se imparte no se quede en un conocimiento teórico, sino que se asuma en la vida». Los alumnos también expresan su opinión sobre este centro. «Lo que más valoran en las evaluaciones que hacen cada año es el carácter plural y eclesial, el descubrir que la Iglesia es más grande que lo que conocían, porque hay otros modos de vivir la fe en comunión» añade Leal. Es la tercera ocasión en la que el Obispado de Málaga concede esta medalla, con la que la Diócesis, con el obispo a la cabeza, ha reconocido ya al diácono permanente Antonio Martín y a la vecina del pueblo de Carratraca Isabel Bandera.