NoticiaPalacio Episcopal Diálogo entre el arte africano y el contemporáneo Publicado: 27/02/2014: 8110 La colección “Alonso-Arellano” presenta más de doscientas piezas de arte africano en estrecho diálogo con obras escogidas de arte contemporáneo, simbiosis necesaria para un pensado discurso museográfico que pretende superar la acotación de “objeto etnográfico" tradicionalmente asignada a las obras de arte africanas. Los Jiménez-Arellano viven inmersos en el mundo del coleccionismo de arte. Sienten cada nueva adquisición como la pieza que faltaba, leitmotiv del amor ausente. Entre sus logros cabe destacar las fabulosas colecciones donadas a la Universidad de Valladolid, hoy expuestas en el palacio de Santa Cruz. Gracias a la sensibilidad mostrada por parte de las autoridades eclesiásticas, Málaga recibe una nueva donación que llenaría de entusiasmo al propio Picasso y que completa el maravilloso panorama artístico-cultural de esta bella ciudad. La exposición tiene el mérito de haber sabido integrar el gusto personal del coleccionista en unidades temáticas claramente diferenciadas dentro del marco arquitectónico del palacio episcopal. El discurso excede lo puramente estético para buscar el simbolismo y el contexto sociocultural en el que fueron creadas las obras: Comienza con una muestra bien representada de las distintas culturas arqueológicas africanas en estrecha relación con obras de artistas contemporáneos elegidos para crear un espacio que nos remite al “origen”. En esta sala predomina el barro y la piedra. La siguiente unidad presenta “del ídolo a la divinidad” con el propósito de dar a conocer lo que nos une y lo que nos separa en materia de creencias religiosas. Atravesando el jardín llegamos a la unidad titulada “La metalurgia sagrada, fragua de civilización”, sala que agrupa una de las mejores colecciones sistemáticas de “moneda” primitiva del mundo. En homenaje al herrero e inspirados en el sonido de la “respiración” del fuelle y los rítmicos del martillo sobre el yunque dibujamos un pentagrama sorprendente en el que las formas envuelven la obra abstracta del genial Anthony Caro. Atravesando un estrecho pasillo nos recibe el “axis mundi”, puerta de entrada a las creaciones en bronce “a la cera perdida”, técnica en la que los africanos son maestros indiscutibles. Terminamos introduciendo al visitante en el vibrante mundo de las ceremonias africanas en el que no puede faltar la música y la danza. Autor: Ramón Sanz Garvín. Comisario de arte a