«Alegrías y lamentos de la Semana Santa malagueña»

Publicado: 10/08/2012: 1428

•   Artículo (1988)

Me alegra la participación más numerosa y creciente cada año de católicos malagueños en los actos litúrgicos de Semana Santa, celebrados en las parroquias y demás iglesias.

Lamento la indiferencia de muchos miembros de Cofradías y Her­mandades que, sin tener en cuenta el valor y la importancia de los actos litúrgicos, se limitan sólo a participar en una o más procesiones.

Me alegra saber que hay hermanos y cofrades que durante todo el año se reúnen periódicamente para profundizar más en su fe cristiana.

Lamento que haya algunos que se limiten a expresar su fe sólo en alguna de las procesiones de Semana Santa.

Me alegra constatar el innegable interés, sacrificio y constancia que hermanos y cofrades ponen en ofrecer dignamente una catequesis plásti­ca de la pasión, muerte y resurrección del Señor, a través de sus procesio­nes e imágenes.

Lamento que algunos, de una manera inconsciente o consciente, pretendan convertir la popular Semana Santa de la diócesis de Málaga en una fiesta profana, en una feria o en un acto cultural que no tiene nada que ver con la fe cristiana.

Me alegra el interés de los responsables del orden en la procesión, para que el paso de los nazarenos resulte un acto digno y expresivo de fervor popular.

Lamento el comportamiento externo de algunos pocos que sólo buscan exhibirse o toman la procesión como un pasatiempo.

Me alegra el comportamiento digno y respetuoso de los que, situa­dos en las aceras, contemplan el paso de la procesión y oran especialmen­te cuando pasan las imágenes.

Lamento el comportamiento de algunos jóvenes y mayores que cruzan irrespetuosamente las procesiones y aun caminan entre los na­zarenos.

Me alegra y agradezco la colaboración de nuestras autoridades en hacer respetar un acto externo de fe cristiana, profesada por la mayoría de los ciudadanos.

Lamento la ausencia de celadores de orden público en algunas ca­lles y plazas donde se aglomera más público.

Me alegra la sinceridad y coherencia de algunos ciudadanos que ocupan cargos públicos y que renuncian a participar en una procesión, porque no tienen fe o no se sienten unidos a la Iglesia Católica.

Lamento la presencia de aquellos que sólo por motivos representa­tivos, sociales o políticos participan en la procesión.

Me alegra la túnica y el capirote que dan anonimato a los nazarenos.

Lamento los que buscan exhibir su popularidad en las procesiones.

Me alegra saber que cada año hay más jóvenes integrados en las Hermandades y Cofradías de Semana Santa a fin de darles más autentici­dad cristiana.

Lamento que algunos sólo se inscriban con afán de competencia para superar a otras Hermandades y Cofradías o a otros pueblos y ciuda­des.

Que Dios nos ayude a dignificar más y mejor la celebración popu­lar de nuestra Semana Santa en la diócesis de Málaga y a purificarla de toda adherencia profana.

Málaga, Marzo de 1988.

Catequesis y Enseñanza 

Autor: Mons. Ramón Buxarráis

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