El templo es eco del murmullo silencioso provocado por centenares de escolares que interrumpen sus clases para visitar a su Virgen de la Victoria.  Los adolescentes se sitúan en los bancos para asistir al acto mariano. Escuchan, con sus ofrendas en la mano, esperando el momento de acercarse ante su Madre.  Manuel Torres Rubio, párroco de la Basílica y Real Santuario de Santa María de la Victoria,  nos cuenta cómo los más pequeños vienen cogidos de la mano uno detrás otro. “Son tantos que tienen que sentarse a los pies del altar mayor”. En fila suben las escaleras para entrar en el espléndido camerino en el que se encuentra la Virgen. Arropada por un esbelto joyero barroco que provoca en el observador una ahogada ovación, ante el esplendor y la magnificencia de sus formas.

El blanco rodea a la Virgen, custodiada por centenares de flores. Se presenta esbelta ante sus fieles. Espléndida, escucha sus rezos. Mientras, los niños pasan ante la imagen santiguándose a su paso.  Algunos portan ramos, otros cestas y los más pequeños le entregan, con devoción, un clavel, sencillo en su aspecto y magnífico en su sentido. Rindiendo homenaje con su ofrenda floral a la Madre de Málaga. Cuán bonita está la Virgen, en pie en su camerino, esplendorosa en el mes de las flores, rodeada por su blanco inmaculado. “Muchos no conocían la Victoria y se quedan admirados cuando la visitan”, admite Manuel Torres.  

En la iglesia, la jaculatoria de López de Salazar: “Oh Virgen de la Victoria, Madre y Abogada nuestra, rogad por nos, rogad por nos, rogad por nos”, será uno de los canticos más sonados en este mayo victoriano. Esta peregrinación se hace desde hace más de 40 años, nos comenta el párroco. Para esta ocasión se calcula que el número de peregrinos será mayor que en años anteriores. Una de las razones de este aumento es “el impulso de las parroquias”, que este año ha tenido como novedad las visitas de las iglesias de la provincia. El número de visitas “es un ejemplo más que muestra el clima de religiosidad de la ciudad”, admite el sacerdote. Recuerda como muchos fieles que acuden están imposibilitados, “no pueden ni andar y no podemos modificar las escaleras al tratarse de una arquitectura de arte, pero al final suben porque siempre tienen la ayuda de alguien para poder ver a la Virgen”.

La Real Hermandad recibe oficialmente, en las puertas del templo, a más de cuarenta instituciones durante diversas jornadas. Entre sus peregrinos también asisten institutos públicos como el Alexander o las universidades. Para Manuel Torresl los fieles “se llevan algo bueno ya que rezan a la Virgen y piden por su familia”.

En esta iglesia la actividad es frenética durante todo el año. Se celebran  150 bodas, además de los bautizos y comuniones. La buena acústica del Templo es idónea para los conciertos de  órgano y de la Coral de Santa María de la Victoria o la Orquesta Sinfónica. “Es un trabajo diario, porque la peregrinación es constante”, afirma Don Manuel. Esta labor es arropada gracias a los fieles voluntarios que colaboran y sirven como  guía en las visitas. La Basílica de Santa María de la Victoria es un lugar de fe custodiada por una impresionante joya del arte. En mayo, a la Madre de Málaga le arropan las ofrendas de sus hijos malagueños, el mes de las flores inunda el camerino de la Virgen ensalzando su belleza y mostrando la devoción de sus fieles.