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Dejar la seguridad de la orilla

Publicado: 15/12/2014: 11182

La propuesta es vivir en un nivel superior, pero no con menor intensidad: «La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. De hecho, los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás». Cuando la Iglesia convoca a la tarea evangelizadora, no hace más que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal: «Aquí descubrimos otra ley profunda de la realidad: que la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión». Por consiguiente, un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral. Recobremos yacrecentemos el fervor, «la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas [...] Y ojalá el mundo actual —que busca a veces con angustia, a veces con esperanza— pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo». (EG 10)

Cuestionario:

¿Cómo te planteas la evangelización en tu ambiente? ¿Y la experiencia de transmitir «la alegría de Cristo»?

Las homilías del Papa en Santa Marta se pueden leer en www.news.va/es/sites/homilias

Diócesis Málaga

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