NoticiaGuerra en Ucrania Málaga se unió al acto de consagración de Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María Publicado: 22/03/2022: 20763 Oración El viernes 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación, durante la celebración penitencial presidida por el papa Francisco en la Basílica de San Pedro a las 17.00 horas, el Pontífice consagró a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María. Málaga se unió al Santo Padre con su oración en las celebraciones de ese día en las distintas parroquias de la diócesis. El acto de Consagración al Corazón Inmaculado de María será retransmitido en directo desde Roma en un programa especial que dará comienzo el 25 de marzo a las 18.20 horas en TRECE TV y trecetv.es Oración para el acto de consagración al Inmaculado Corazón de María. La tarde del viernes 25 de marzo, el Papa Francisco presidió la Celebración de la Penitencia con el acto de consagración de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María, en la Basílica de San Pedro. En la celebración, el papa Francisco recordó que sin amor no podemos ofrecer nada al mundo, de ahí la importancia de cambiar primero nuestros corazones si verdaderamente queremos cambiar lo demás. El Papa pidió a los sacerdotes que administran el sacramento del perdón de Dios, que ofrezcan este anuncio de misericordia, "Alégrate, el Señor está contigo", a todos los que deciden confesarse sin ser rígidos, sin poner obstáculos o incomodades, ya que en la Confesión -dijo- "estamos especialmente llamados a encarnar al Buen Pastor que toma en brazos a sus ovejas y las acaricia; a ser canales de la gracia, que vierten el agua viva de la misericordia del Padre en la aridez del corazón". Asimismo, Francisco subrayó otra de las frases del ángel Gabriel a María «No temas» (v. 30). Haciendo alusión a las noticias e imágenes de muerte que nos llegan desde Ucrania en medio de la atroz guerra y las bombas que destruyen las vidas de tantas personas indefensas, el Pontífice reiteró que ante estas "experiencias de miedo, impotencia y aflicción", necesitamos escuchar que nos digan “no temas”. Para el Papa la situación es clara: "Nosotros solos no logramos resolver las contradicciones de la historia, y ni siquiera las de nuestro corazón. Necesitamos la fuerza sabia y apacible de Dios, que es el Espíritu Santo. Necesitamos el Espíritu de amor que disuelve el odio, apaga el rencor, extingue la avidez y nos despierta de la indiferencia". Y para que esto suceda Francisco expresó su deseo de dejarnos guiar de la mano de la Virgen a quien consagró el futuro de los dos países enfrentados: “En unión con los obispos y los fieles del mundo, deseo solemnemente llevar al Corazón inmaculado de María todo lo que estamos viviendo; renovar a Ella la consagración de la Iglesia y de la humanidad entera y consagrarle, de modo particular, el pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que con afecto filial la veneran como Madre” Antes de finalizar, el Papa indicó que estas palabras "no son una fórmula mágica", sino un acto espiritual ya que es el gesto "de la plena confianza de los hijos que, en la tribulación de esta guerra cruel e insensata que amenaza al mundo, recurren a la Madre, depositando en su Corazón el miedo y el dolor, y entregándose totalmente a Ella". Francisco concluyó afirmando que los labios de María pronunciaron la frase más bella que el ángel pudiera llevar a Dios: «Que se haga en mí lo que tú dices» (v. 38). CONSAGRACIONES AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA Esta consagración presidida por Francisco responde a la actual situación de guerra provocada por la invasión de Ucrania por el ejército ruso, que ha movilizado a la sociedad y a las fuerzas gubernamentales del mundo entero para detener el sufrimiento provocado por el conflicto. El Papa ha expresado: «Permanezcamos junto este pueblo martirizado, abracémoslo con el compromiso concreto y con la oración. Y, por favor, ¡no nos acostumbremos a la guerra y a la violencia! ¡No nos cansemos de acoger con generosidad, no solo ahora, sino también en las semanas que vendrán!». Su invitación es «a todas las comunidades y a todos los fieles a que se unan a mí el viernes 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación, en un solemne Acto de Consagración de la Humanidad, especialmente de Rusia y Ucrania, al Corazón Inmaculado de María, para que ella, la Reina de la Paz, obtenga la paz para el mundo». Después de las apariciones de Fátima, en las que la Virgen pidió la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, ha habido varios actos de consagración a lo largo de la historia, como explica la Santa Sede en su portal de noticias VaticanNews: Pío XII, el 31 de octubre de 1942, consagró el mundo entero al Inmaculado Corazón de María, y el 7 de julio de 1952 consagró los pueblos de Rusia en la Carta Apostólica Sacro vergente anno. El 21 de noviembre de 1964, Pablo VI renovó la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado en presencia de los Padres del Concilio Vaticano II. El Papa Juan Pablo II compuso una oración para lo que llamó un "Acto de Encomienda" que se celebraría en la Basílica de Santa María la Mayor el 7 de junio de 1981, solemnidad de Pentecostés. Esta encomienda se explicitó durante el Año Santo de la Redención en el acto de entrega del 7 de junio de 1981, repetido en Fátima el 13 de mayo de 1982. En memoria del Fiat pronunciado por María en el momento de la Anunciación, el 25 de marzo de 1984 en la Plaza de San Pedro, Juan Pablo II confía todos los pueblos al Corazón Inmaculado de María, en unión espiritual con todos los Obispos del mundo, previamente "convocados". Como recoge VaticanNews, «en junio de 2000, la Santa Sede reveló la tercera parte del secreto de Fátima, y el entonces arzobispo Tarcisio Bertone, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, señaló que Sor Lucía, en una carta de 1989, había confirmado personalmente que ese acto solemne y universal de consagración correspondía a lo que quería la Virgen: "Sí, se hizo -dijo la vidente- tal como Nuestra Señora había pedido, el 25 de marzo de 1984"».