NoticiaCotolengo El Cottolengo de Málaga lo ha vuelto a hacer Publicado: 05/09/2022: 7471 Actualidad Un alemán de 80 años, con Alzheimer, que vivía en las calles de Granada ha sido la última persona en llegar al Cottolengo de Málaga, mostrando una vez más que sigue siendo el lugar de aquellos que no tienen nada ni a nadie: un hospital de campaña en el centro de la capital de la Costa del Sol. En esta ocasión, Herbert, que es como se llama, venía de la mano de Inmaculada Campos, una camarera de 38 años, que salía de su trabajo y, como ella misma explica, lo encontró tumbado en la calle «desnutrido y prácticamente muerto. Lo intenté animar, pero estaba muy desorientado. Fui a un supermercado y le compré un yogur, agua, jamón cocido... para que tomara algo y estuve junto él durante la hora y media que tardó en llegar la ambulancia. Y es que, Herbert era un viejo conocido del hospital, porque, al no encontrarse bien, acudía muy a menudo. Incluso me dijo la doctora que lo atendió que le habían realizado diez analíticas, pero nada más». Al día siguiente, Inmaculada volvió al hospital a ver cómo estaba y lo encontró en un banco frente al centro sanitario, así que «busqué un albergue donde poder lavarlo y cambiarlo de ropa, que me había dado mi hermano. Pero allí solo podía pasar la noche, durante el día cerraban. Busqué otros albergues y residencias, pero no tenían sitio y además me decían que ya lo conocían y se escapaba. Así que acudí a unas religiosas que me ayudaron y me pusieron en contacto con el director del Cottolengo de Málaga, Patricio Fuentes». Al conocer la historia de Herbert, Fuentes no lo dudó y buscó una cama donde no la había, «no podíamos permitir esta situación y, aunque el Cottolengo de Málaga siempre está lleno, ante este tipo de situaciones hay que actuar. Primero hay que atender a la persona y después intentar solucionar su situación. Hay muchas buenas personas entre los funcionarios que se dedican a los temas sociales, pero muchas veces la burocracia les tiene las manos atadas y no pueden hacer lo que les gustaría hacer». Tras un mes y medio de estancia en la Casa del Sagrado Corazón, conocida como Cottolengo de Málaga, Herbert ha vuelto a Granada donde está «en un albergue con asistencia y el compromiso de que los Servicios Sociales harán lo que esté en su mano para encontrarle un lugar definitivo lejos de la calle», explica Inmaculada, que tendrá que esperar al año que viene para disfrutar de sus vacaciones, ya que este año en lugar de ir a hacer espeleología en Murcia, como tenía planeado se las ha pasado en Granada pendiente de Herbert.