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«Jesús no te dice pobrecito, sino levántate y anda»

Publicado: 03/09/2021: 9323

En el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, 3 de diciembre, Enrique Alarcón, presidente de Frater a nivel nacional, explica que «es importante dentro de la Iglesia dar visibilidad a las personas con discapacidad».

¿Cómo llegó a Frater?

Tenía 20 años cuando un accidente de tráfico me dejó tetrapléjico y pasé a estar en un pueblo todo el día encerrado viendo el lamento de mi madre. En un momento determinado se presentaron tres chicas, me dijeron que eran de Frater que si quería charlar un rato con ellas. Al terminar, me invitaron a una reunión en la que vi a un grupo de gente, unos de mi edad y otros mayores, que estaban contentos, compartiendo la comida y planeando una excursión. Allí me enganché. En esa convivencia hubo una Eucaristía en la que me mostraron un rostro de Jesús que yo no conocía y eso que había sido monaguillo, de niño, muchos años. Un Jesús que te dice que tú no eres un pobrecito, te dice: «“levántate y anda”, hay mucha gente que te está esperando y tienes una misión».

¿Y desde entonces?

No he parado ni un solo día de hacer cosas e intentar que en la Iglesia no se mire a las personas con discapacidad desde el paternalismo o el dolorismo, sino como presencia viva de Jesús capaz de evangelizar a la gente. Allí donde hay una persona que está en soledad, que está sufriendo, Frater se hace presente e intenta acompañar y generar esa esperanza y motivación para decirle no te puedes quedar ahí, la resignación es una palabra prohibida para nosotros. Hay que vivir con aceptación lo que nos viene y la fe nos da fortaleza para ello, pero hay que saber que la aceptación es un primer paso para poder salir adelante. Por eso es fundamental dar visibilidad e incluir dentro de la vida de las parroquias a las personas con discapacidad.

¿Hemos avanzado en la inclusividad? ¿Están las parroquias y las celebraciones adaptadas?  

Todavía nos falta mucho camino por recorrer, no solo barreras arquitectónicas, que también. Yo siempre digo que, en lugar de lamentarnos porque no van personas con discapacidad a nuestras parroquias, debemos preguntarnos ¿por qué? Y, sobre todo, incorporar en las catequesis a personas con discapacidad que puedan hablarle a los niños y a los jóvenes del valor de la vida, de la superación... Debemos preguntarles a las personas discapacitadas cómo creen que se podría mejorar la accesibilidad de la parroquia. Hay que escuchar e incorporar a las celebraciones a personas con discapacidad que puedan leer o hacer una petición, para que se vea su presencia y, lo mismo en los consejos pastorales, tienes que incorporar a personas con discapacidad para colaborar en el apostolado, ya que Frater es un movimiento de evangelización cristiano de personas comprometidas en una fe muy madura, que están en el mundo siendo apóstoles conscientes y con una gran tradición de experiencia evangelizadora y comunitaria.

¿Económicamente también ha hecho mucho daño?

Antes de la pandemia trabaja 1 de cada 3 personas con discapacidad, tras la pandemia trabajaba una de cada 4, lo que supone que se van a crear unas bolsas de pobreza y exclusión social muy importantes, por eso trabajamos con las entidades públicas, gobiernos, etc. Tras la pandemia el 30 % de las personas con discapacidad sufre pobreza severa porque tienen empleos precarios y con pocas horas, antes era el 20%.

Ahora se habla mucho de la sinodalidad ¿cree que la Iglesia es sinodal?

Estoy convencido de que hoy día es necesaria en toda la Iglesia Universal. Como no asumamos la sinodalidad, la Iglesia va a perder mucha presencia social, es decir, el clericalismo en la actualidad es una enfermedad muy grande en muchas parroquias, diócesis... y en corrientes de opinión, pero no tiene sentido en la sociedad que tenemos de personas informadas y formadas. En Frater tenemos nuestros consiliarios, que nos acompañan espiritualmente, nos aconsejan y asesoran, pero los que llevamos toda la vida en este movimiento somos los seglares, él es uno más y cada miembro pone a disposición del equipo o de la diócesis aquello valioso que posee y contribuye como ciudadano cristiano. Nosotros llevamos practicando la sinodalidad desde que Frater existe. Entre nuestros talleres se encuentra el taller del maestro, que solo tiene una función: la de sanar las heridas. Todos hemos tenido, en este tiempo, muchísimas pérdidas, miedos y ansiedad, este taller consta de dos partes, un encuentro con Jesús para ver cómo se acercaba a quien sufría y lo sanaba, que es impartido por el consiliario general, Antonio García Ramírez y una terapeuta especialista en duelo, que ayuda a que aflore el sufrimiento acumulado, se haga consciente y se acepte, para abrazar el dolor y desde ahí buscar un camino quitándose tanto lastre. Porque una persona con discapacidad va acumulando duelos a lo largo de toda su vida, primero pierde la movilidad, después amistades, oportunidades y no se hace duelo y eso va a haciendo mucho daño a la persona incluso físico. Otro taller es de medios de comunicación que aborda el anuncio, la denuncia, la presencia y la visibilidad, ya que lo que no se visibiliza no existe, por eso, hay que estar presentes también en la redes sociales. Además, tenemos el taller de inclusividad en la Iglesia y la sociedad, y el último taller es sobre las cartas del papa Francisco, donde también trataremos la sinodalidad. 

Beatriz Lafuente

Licenciada en Periodismo e Historia. Casada desde 2011, es madre de un hijo.

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