NoticiaDiócesis «El amor es la única fuerza que transforma la humanidad» Publicado: 27/12/2016: 11120 El Sr. Obispo presidió, el 25 de diciembre, la Misa de Navidad en la Catedral de Málaga. En su homilía, afirmó que «Cristo ha superado en poder de modo incomparable a todos los césares, emperadores y reyes del mundo. La fuerza de Cristo no es física, ni radica en el poder de las armas, del dinero u otros elementos; la fuerza que trae Cristo es el amor, porque él es “Amor”; y porque el amor es, queridos hermanos, la única fuerza que transforma a la humanidad, hace crecer al hombre y lo madura; esa es la gran fuerza de amor que nació en Belén». «Ninguno de los grandes y poderosos de la historia vive ya –continúa el prelado–; los césares ya no existen, los emperadores cayeron. Ninguno de los poderosos ha obtenido la victoria sobre el pecado y la muerte; todos han muerto y no han dado vida a sus súbditos. Solo Jesucristo es el vencedor poderoso. Él es el único y definitivo “Evangelio”; Él es la Buena Noticia». D. Jesús Catalá se refirió al silencio de Dios en la historia: «Mucha gente se hace la pregunta de si Dios existe, porque parece que no habla ni actúa en la vida de los hombres; sobre todo cuando ocurren desgracias y calamidades. Parece que Dios esté escondido y callado; o que no está». A lo que respondió con una invitación: «hemos de responderles que Dios ya ha hablado en su Hijo Jesucristo y se ha manifestado en la historia, trayendo la salvación. Ya no es necesario decir más cosas, para que el hombre pueda salvarse. No hace falta ya más revelación, porque Cristo es la revelación plena de Dios. Ya lo ha dicho todo en su Hijo Jesucristo. No hacen falta ya nuevas revelaciones; no vayáis detrás de nuevas revelaciones, pues ya no existen. Ésta es la Palabra última y definitiva de Dios: el Verbo, Jesucristo». Finalmente, el obispo de Málaga realizó una llamada a la solidaridad: «En este tiempo navideño Jesucristo nos invita con su ejemplo a compartir generosamente con los más necesitados los bienes que la providencia divina nos regala. Agradecemos la generosidad y la colaboración de tantos cristianos y gente de buena voluntad, que comparten con alegría sus recursos con los más pobres y necesitados. Esto debe ser un gesto de todo el año, pero es un gesto especialmente apropiado en la Navidad, a ejemplo del Hijo de Dios, quien siendo rico se hizo pobre por nosotros (cf. 2 Co 8,9)». Homilía íntegra en este enlace.