Este año, los Ejercicios han tenido lugar del 22 al 29 de julio, y más de 20 personas han aprovechado esta ocasión para retirarse en la casa de ejercicios Villa Nazaret. Desde hace unos años, estas tandas que antes iban destinadas a los miembros de CVX, se abren a toda persona interesada. En la actualidad son más los que acuden de otras realidades y movimientos, constituyendo este hecho una alegría para los miembros de la Comunidad de Vida Cristiana, que comparten así esta riqueza espiritual con la Iglesia de Málaga.

Teodoro Galache, acompañante de Ejercicios y miembro de CVX Málaga explica que «los Ejercicios de San Ignacio que la Comunidad de Vida Cristiana (CVX) ofrece todos los veranos posibilitan a quien los hace encontrar la perla de la que nos habla el Evangelio. Una de las claves la podemos encontrar en la propia definición de los Ejercicios que nos da san Ignacio, cuando dice «es todo modo de preparar y disponer a la persona para buscar y hallar la voluntad de Dios en la disposición de su vida». Ninguno de los dos verbos que utiliza, "preparar" y "disponer", arreglan nada. Con los Ejercicios no se pretende solucionar nada en concreto. Hacer los Ejercicios de san Ignacio posibilita, aunque nunca está asegurado, la conversión personal del ejercitante en una persona capaz e idóneo para ayudar a otros. San Ignacio ofrece un método, un modo y orden, que te aleja del voluntarismo, sólo te abre a lo que la realidad de tu propia vida te vaya trayendo para afrontarla y darle respuesta desde Jesús». 

La ayuda que ofrecen los Ejercicios es, según Galache, «la de ser un instrumento que te cambie tu sensibilidad, tu manera de estar en la realidad cotidiana. Los problemas y conflictos de tu vida no te los va a resolver, van a seguir estando ahí, pero sí te cambian a ti por dentro, cambian tu mirada, tu forma de escuchar, tus gustos y prioridades... los Ejercicios preparan y disponen a la persona acompañada para afrontar su vida desde la mirada, la escucha y los gustos de Jesucristo. Te hacen llegar a lo más profundo de todo ser humano, hacen emerger lo mejor de la persona, en Dios que lo habita».