De una forma sencilla, rezando un rosario con los misterios evangélicos donde aparece la figura de san José, una amplia representación de la comunidad parroquial ha recorrido el trayecto que dista entre las dos parroquias.

Como explica su párroco, Manuel Jiménez, «se ha hecho una parada en lugares significativos para contemplar el misterio y luego, de dos en dos, se ha ido rezando los avemarías caminando por las aceras. Ha sido una experiencia peculiar pues las personas que veían pasar al grupo, al ver los rosarios y que se iba rezando, han tenido actitudes de respeto pero también de sorpresa».

 A la llegada a la parroquia de San José de Fuengirola, el párroco José Antonio García, ha recibido al grupo peregrino bolichero y han rezado juntos las letanías josefinas.

«La peregrinación ha supuesto una contemplación de algunos momentos de la vida de San José y de las características de su persona: el silencio, la sencillez, la oración, acompañar a María, el estar en camino... Una experiencia de oración en medio de la agitación de la ciudad que ha llenado los corazones de los peregrinos con el amor a san José», explica Manuel Jiménez.