Ante estas estadísticas, Juan Díaz Blasco, presidente diocesano de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) y miembro de la Plataforma Iglesia por el Trabajo Decente afirma que «esta tendencia al alza de la siniestralidad laboral no es fruto de la casualidad. Creemos que la causa fundamental es la precariedad. En seguridad laboral, se asocia a relaciones laborales temporales y parciales no deseadas, así como ínfimos salarios que en muchas ocasiones obligan a los trabajadores y trabajadoras a elegir entre salario y salud, entre derecho y empleo».

Y es que, la seguridad en el trabajo es un tema que preocupa a todos. En palabras de Juan Díaz, «está claro que los trabajadores y trabajadores tenemos la responsabilidad de velar por nuestra seguridad cumpliendo las normas de prevención de riesgos laborales y reivindicando junto a nuestros compañeros y compañeras que las empresas garanticen el cumplimiento de la ley. Pero está claro también que el empresario es el principal responsable de que se cumplan estas normas igual que vela para que se cumpla el horario y los tiempos de trabajo».

Desde la HOAC y la iniciativa Iglesia por un Trabajo Decente afirman que «es importante concienciar a la Iglesia y a la sociedad sobre este tema. Creemos, como se afirma en multitud de textos de la Doctrina Social de la Iglesia, por ejemplo en la encíclica de Juan Pablo II "Laborem exercens", que es un deber recordar siempre la dignidad y los derechos de los trabajadores, denunciar las situaciones en las que se violan dichos derechos y contribuir a orientar los cambios sociales para que se realice un auténtico progreso de la persona y de la sociedad. No podemos olvidar que el verdadero valor del trabajo no está en la rentabilidad económica, sino en la persona que lo realiza. Dios quiere que el trabajo sea para la vida y para la dignidad de sus hijos e hijas».

Para concienciar sobre esta situación, desde la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente «nos hemos manifestado públicamente en diferentes ocasiones sobre la relación entre el trabajo digno y la seguridad laboral. Y desde la HOAC organizamos un gesto público cada vez que se produce una muerte en accidente laboral para mostrar nuestra solidaridad con las víctimas, sus familiares y amigos, y para hacer visible esta realidad de sufrimiento, ya que creemos que es importante que en la opinión pública y en los medios de comunicación exista una mayor preocupación y sensibilidad ante este tema», afirma Díaz Blasco.

«Las acciones individuales no son suficientes para hacer frente a esta lacra», concluye el presidente diocesano de la HOAC, «sino que es necesaria la implicación de las Administraciones Públicas, las empresas, los sindicatos y los trabajadores. En este sentido, sería importante que el próximo gobierno actúe de forma firme y decidida contra la precariedad y el deterioro de las condiciones de trabajo que han ocasionado las últimas reformas laborales».