NoticiaSantos San Tito Brandsma San Tito Brandsma Publicado: 15/07/2022: 7353 Colaboración Artículo del sacerdote de la Diócesis de Málaga Miguel Norbert Ubarri, terciario carmelita. El pasado 15 de mayo, en la plaza de San Pedro, el papa Francisco canonizó a 10 beatos, entre los cuales se encontraba Tito Brandsma. A una petición iniciada por cuatro periodistas belgas y de los Países Bajos, más de 60 profesionales de la comunicación le han escrito al papa Francisco para que, junto a san Francisco de Sales, haga al carmelita mártir patrono de los periodistas, “en estos tiempos de violencia, amenazas, represión, censura y persecución”. Annón Sigario nació el 23 de febrero de 1881 en Bolsward, Frisia (Países Bajos). Su intensa devoción mariana, así como la visita providencial de un primo lejano carmelita Casimiro De Boer, entre otros factores, le movieron a optar por la vocación al Carmelo. Comenzó su noviciado en septiembre de 1998, tomando el mismo nombre de su padre, Tito. En octubre de 1899 hizo sus votos como religioso carmelita. Fue ordenado sacerdote el 17 de junio de 1905. En 1906 fue enviado a Roma, a estudiar en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde recibió el doctorado en filosofía el 25 de octubre de 1909. Al regresar a su patria, en Oss se dedicó a la enseñanza y al periodismo. Intuyó el papel social tan importante que iba adquiriendo la prensa por aquellos años. Así lo expuso en una conferencia titulada Nuevas formas de periodismo. Dio retiros a los periodistas y fue censor religioso del periódico regional De Gelderlander. En 1935 Mons. Jansens lo nombró asistente eclesiástico de la Unión de Periodistas Católicos. Como educador, fue profesor de filosofía e historia de la mística de la recién fundada Universidad Católica de Nimega, de la cual fue rector magnífico. Como presidente de la Asociación de Directores de los Colegios Católicos, en 1941, durante la dominación nazi, se opuso abiertamente a la normativa del gobierno holandés que obligaba a los colegios católicos a expulsar a los niños judíos, aunque estuviera convertidos al catolicismo. Por haber defendido la libertad de la prensa católica y la dignidad del ser humano, a principios de 1942 fue arrestado y enviado al campo de concentración de Dachau, donde fue asesinado con una inyección de ácido fénico. Hoy es venerado como un nuevo santo de la Iglesia universal, convertido cada vez más en modelo y referente para los periodistas, los educadores, los defensores de la vida y la dignidad humana, y todos aquellos que creen en los valores del cristianismo en medio de un mundo hostil.