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Federico Cortés: «Me siento enviado por la Iglesia»

Publicado: 10/11/2021: 8013

Párroco

Incorporado como canónigo al Cabildo de la Catedral de Málaga, Federico Cortés acaba de tomar posesión de la parroquia del Santo Ángel de la Guarda, en Málaga, tras ser párroco en los Santos Mártires, en Málaga, y en San Juan de Vélez-Málaga durante los últimos años.

¿Cómo ha sigo la acogida, su llegada a este nuevo destino?
La acogida ha sido muy buena. La comunidad parroquial me ha acogido con alegría, también con expectación. No me conocen y, como es normal, están a la expectativa de cómo puedo actuar o qué voy a plantear, pero se han puesto todos desde el principio a disposición de lo que yo necesite y para seguir con las tareas que cada uno llevaba. En ese sentido, me he sentido muy bien acogido, querido y no ha supuesto ninguna dificultad comenzar a caminar con esta comunidad.

¿Cómo es la comunidad que forma esta parroquia?
Es una comunidad mayor, pero no por eso menos activa. Tienen ganas de trabajar, se involucran en las necesidades de la parroquia, llevan muchos años trabajando en ella y algunos de ellos están casi desde los comienzos de la misma. En ese sentido, es una comunidad de personas mayoritariamente jubiladas, pero con mucho ánimo y disposición para seguir adelante como se ha venido haciendo.

¿Cuáles son los principales retos que plantea su nueva misión?
Ahora mismo no me marco retos. En principio, lo más oportuno es conocer la comunidad, lo que se ha venido realizando, cómo se trabaja, acoger y recibir con agrado la herencia del trabajo de los compañeros párrocos anteriores, su labor, su trayectoria, sus aportaciones... En principio creo que debo observar e ir analizando todo lo que es el peso del trabajo de muchos años que se va transmitiendo y que no se puede olvidar ni ignorar. Ese trabajo, esas acciones, esos éxitos y experiencias acumulados hay que recogerlas y una vez que lo haya asumido, cuando se planteen nuevas formas o adaptaciones, se hará. Serán esos los retos que afrontaremos, proponiendo de cara al futuro. Así de pronto, puedo decir que quizás el reto vaya por impulsar la catequesis de iniciación cristiana de niños, los grupos juveniles, ver cómo dar respuesta a ellos y facilitar su integración en la comunidad parroquial.

¿Qué está dispuesto a aportar? ¿Cuál cree que es su mejor "talento" para poner al servicio de esa comunidad?
No sé cuál puede ser. Quizás una de las cosas que más fácilmente puedo realizar es la organización. Creo que tengo capacidad para ello, para distribuir los trabajos, hacer un protocolo de funcionamiento, optimizar las instalaciones, los grupos, activar el archivo parroquial y poner en marcha una forma de acogida, recepción y guardado de documentos. Creo que mi mayor talento sea el de organizar. Otras tareas pueden ser el conocimiento que puedo tener después de haber pasado por parroquias de ciudad, de pueblos, de costa, de centro. Ahora puedo conocer una pastoral de barrio, e ir aportando ese conocimiento de otras comunidades en las que siempre hay cosas que se pueden adaptar.

¿Cómo ha vivido el cambio?
El cambio lo he vivido de dos maneras: por una parte con dolor, por haber dejado una parroquia muy querida donde se ha trabajado muy bien, donde me he sentido muy a gusto y dejo muchos amigos, pero también es verdad que debo vivir este cambio con la ilusión del servicio a prestar en esta nueva comunidad. Me siento enviado por la Iglesia. Lo que dejo atrás no era algo mío, sino algo que se me encomendó y que queda en un gran cariño y recuerdo de todos los feligreses de San Juan de Vélez. Ahora queda enamorarme de esta nueva parroquia del Santo Ángel.

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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