NoticiaEn los Medios Tenemos niños pobres Publicado: 20/10/2020: 26782 ¿Cómo se te queda el cuerpo si lees que, según un informe de Save the Children, la tasa de riesgo de pobreza y exclusión afecta a un 28,3 % de los niños y niñas en España, es decir, a 2,2 millones? A este ritmo la tasa de pobreza en diez años será del 26,5 %. Es decir, más de una cuarta parte de nuestra infancia crecería siendo pobre. Inaceptable. Casi uno de cada tres niños españoles. Además, por si fuera poco, España lidera el triste ranking de abandono escolar: contamos con la tasa más alta de Europa un 17,3%. Estos datos aún no reflejan el impacto del Covid-19 en las familias. Por ejemplo, el riesgo de pobreza de las familias monoparentales, en su mayoría encabezadas por la mujer, aumentará del 41,1% hasta el 48% por culpa del coronavirus. No olvidemos que las cifras tienen rostro. Y ubicación. En Málaga también. No hay que irse muy lejos ¿Un paseo por los Asperones? ¿Una vuelta por la Palma-Palmilla? ¿Un vistazo a la Cruz Verde? Además recordemos que a estos barrios, que concentran parte de la pobreza infantil en Málaga, se unen barrios de la ciudad que cuentan con familias que, de un día para otro, han visto reducidos o perdidos sus ingresos y no pueden ofrecer a sus hijos las necesidades básicas. En este sentido, es importante tener en cuenta que, en una mirada a la pobreza infantil, no podemos olvidar que los niños no viven aislados. Hay niños pobres porque hay familias pobres. Es una pobreza, que puede llegar a ser transmitida entre generaciones. O que ha sido transmitida de padres a hijos. No se escucha hablar de este gravísimo problema, a menudo endémico y abonado frecuentemente por subsidios. Situación que compromete a las futuras generaciones malagueñas y lastra todo tipo de progreso educativo. Mirar esta realidad es fundamental. Abordarla. La buena voluntad no es suficiente. La respuesta que se dé a la pobreza infantil es decisiva para vertebrar Málaga en una u otra dirección. Máxime porque no hablamos de números, sino de personas y del futuro de nuestra infancia.