NoticiaEn los Medios El nombre Publicado: 12/08/2020: 21400 EL ALFEIZAR. DIARIO SUR «Hay algo muy atractivo en las utopías», sentencia Jeff Bezos. Es cierto, hay algo, atractivo e inscrito, en el corazón del ser humano, que impulsa a alcanzar nuestros sueños aunque la mayoría de los mortales los abandonen antes de llegar a la vejez. La gente se acopla, se sitúa, se acomoda. Y, sin embargo, hay algo en la vida que, si se cuida, hace que merezca la pena vivirla hasta el final. Ese algo es poner corazón en lo que hagamos. «Al final del camino me dirán: y tú ¿viviste? ¿Amaste? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres». Esta frase del obispo Pedro Casaldáliga, fallecido el sábado, bien puede resumir el sueño de todo ser humano: ser amado y conocido por su nombre. ¿Un ejemplo concreto? Antonio y Javier, dos hermanos que tienen un negocio en el barrio donde habito; gracias a ellos la vida de muchos vecinos se hace más amable. Sacan adelante, no sin esfuerzo, su trabajo: una panadería que además lleva el nombre de la patrona de la Diócesis de Málaga. Antonio y Javier conocen a cada cliente por su nombre. Hay buen ambiente. Cuando preguntas a Javier por qué llama a cada cliente por su nombre la respuesta es porque le gustaría que así le trataran, que desea que cuando alguien venga a comprar se encuentre como en casa. Con música alternativa entre pan, huevos y café, los clientes cruzan alguna conversación. Es buen lugar para estar, te encuentras bien. Y el pan sabe mejor. Nada hay más preciado para la persona, nada, que ella misma; todo sabe distinto cuando, con mascarilla, te miran a los ojos y te llaman por tu nombre. Coloquemos en primer lugar a la persona con la que compartimos el pan, compañero, compañera; que eso viene a significar en su etimología compañero: quien comparte el pan. Vivamos apasionadamente el lugar que habitamos. También el trabajo. Cultivemos nuestras relaciones. Pongamos cada cosa en su sitio y realicemos con valentía cuanto soñamos. Sin reticencias. Con amabilidad y la desvergüenza de quien se sabe tal y como es. Tal es la suerte del misterio humano. Y las panaderías.