NoticiaColaboración Volver Publicado: 27/08/2013: 1663 Volver siempre cuesta. Quizá por lo que dejas atrás o por la simple pereza de reencontrarse con lo mismo de siempre: la rutina. Volver en septiembre tiene un punto infantil que te recuerda libros, colegio y atardeceres más temprano. Volver siempre cuesta. Quizá por lo que dejas atrás o por la simple pereza de reencontrarse con lo mismo de siempre: la rutina. Volver en septiembre tiene un punto infantil que te recuerda libros, colegio y atardeceres más temprano. Cuando era muy pequeña y las monjitas nos recordaban en el colegio que el Niño Jesús no se iba de vacaciones (con la profunda intención de no olvidar nuestros compromisos semanales en la Iglesia) pensaba que porqué el Señor no se venía a la piscina, o con mis abuelos a dar un paseo, mis amigos también se iban y a veces hasta nos veíamos... cuando crecí un poco más, aprendí que se venía conmigo a donde yo estuviera porque lo llevaba en mi corazón y daba igual donde estuviese porque Él estaba conmigo, de día, de noche, en la playa o en la montaña, en septiembre o en febrero. Por eso volver desde el punto de vista cristiano no es tan difícil, porque vuelves acompañado de donde realmente nunca te fuiste. Bienvenidos. Autor: Raquel Espejo