No es la primera vez que Paloma Rosa y Jorge Sanmartín viven unas jornadas de estas características. Ya participaron, entre otras, en la JMJ de 2008 también en El Rocío. Sin embargo, su vuelta está cargada de sensaciones que no habían experimentado con anterioridad. Esta vez son miembros del equipo permanente de la Delegación de Juventud que se ha encargado este año de la coordinación y organización de la JPJ en El Rocío y han sido testigos de los sentimientos de muchos de los jóvenes malagueños que han peregrinado en esta ocasión.

Tal y como esperaban

Para Paloma, profesora de Educación Secundaria de 30 años, las expectativas del equipo permanente se han visto cumplidas en estas jornadas. Destaca que uno de los comentarios generales de vuelta a Málaga desde Huelva “ha sido que el espíritu actúa, Dios está y los jóvenes lo notan”. A ello añade que, “en el diálogo con ellos te das cuenta que los jóvenes ponen mucho de su parte. La realidad de la Diócesis de Málaga es que sus jóvenes se adaptan, colaboran mucho y han vivido una experiencia que ha sido un don”.
La reflexión por parte de Jorge Sanmartín es similar. Destaca haber visto en los peregrinos malagueños “un espíritu de unión, de comunión. Tanto los jóvenes como nosotros mismos lo hemos vivido como si estuviéramos en Río”. A este respecto, Jorge hacía especial hincapié en lo que también destaca el delegado de Juventud, Salvador Gil, que señala que no sólo han estado pendientes de los mensajes del Papa en Copacabana, si no que “la Delegación de Juventud también ha estado espiritualmente unida a la misa celebrada por el obispo, D. Jesús Catalá, en la Catedral de Málaga el pasado sábado 27 de julio, con motivo de la JMJ”.