FAMILIA ROBLES-NARBONA

"Él es uno más de la casa"

   Inmaculada Narbona y Miguel Robles se casaron hace 15 años. Tienen 4 hijos: Juan Miguel (13 años), Jesús Gabriel (11 años), Inma (8 años) y Carolina (6 años). Comparten su fe en las parroquias de San Pedro y Nuestra Señora del Carmen, en Málaga capital, y en el Movimiento de Apostolado Familiar San Juan de Ávila. 

–¿Cómo nace Dios en vuestra familia, qué significa este misterio para vosotros?    

–Para nosotros es un motivo de alegría, ya que Él es uno más de la casa, el más importante, el que nos guía y nos lleva de su mano. Es un estímulo, cada año nos renueva con su nacimiento el deseo de mejorar y, con su ayuda, a superar las dificultades. También le pedimos perdón por todo lo que no hemos hecho como a Él le hubiese gustado, con el propósito de corregirlo, sabiendo que, si ponemos de nuestra parte, Él pondrá lo que falte.

–Y los abuelos, ¿qué protagonismo tienen en la celebración de Navidad de vuestra familia?

–Ellos son los primeros que nos transmitieron la fe, que es el mejor regalo que nos podrían haber dado. En este día intentamos compartir nuestro tiempo con ellos y con el resto de la familia, acordándonos de los que están en el Cielo, pues sabemos que, desde allí, nos cuidan. Nos gusta reunirnos, y en Navidad aún más: rezamos, cantamos villancicos y disfrutamos juntos. Para los niños no hay mayor alegría que estar con sus primos, que son muchos. En Noche Buena, un año representaron un Belén viviente, donde Jesús era el primo recién nacido en ese momento. Los mayores intentamos ir sembrando la semilla de la fe en nuestros hijos, como sus abuelos hicieron con nosotros. Los días de Navidad vividos en familia son inolvidables para todos, mayores y pequeños.

–¿Qué esperáis de las navidades?

–Que sean mejores que las anteriores, sin perder este tiempo con las prisas y preparativos, cuidando la oración y los detalles de cada día, para que la ilusión que Jesús nos trae la tengamos en casa y la podamos transmitir a los demás.  Como nos ha dicho el papa Benedicto XVI, tenemos que evangelizar, debemos ser apóstoles. En la familia de Nazaret tenemos un ejemplo de familia para todos, que no debemos perder de vista. No sólo el modelo de Jesús, sino también las virtudes de María para ser buena madre, la prudencia de san José… No desaprovechemos este tiempo, para que sea una inyección de felicidad y podamos decir a todos: ¡Feliz Navidad!

FAMILIA CIDRE-SEPÚLVEDA

“Dios nace en nuestra familia cada vez que ... a pesar de todo, superamos los malos momentos, seguimos haciendo oración, seguimos expresándonos afecto... 

Significa que, de forma incomprensible, pero real, Dios está entre nosotros y con nosotros”. Es la respuesta que nos da la familia Cidre Sepúlveda ante la pregunta de qué significa para ellos el misterio del Nacimiento de Dios. José Manuel y Esther se casaron hace once años y tienen tres hijos: Judith (6 años), Víctor (5 años) y Darío (1 año). Pertenecen a la comunidad "Bismillah”, de los seglares claretianos, en la parroquia Nuestra Señora del Carmen. Allí los niños también participan en la catequesis. 

Parece que nuestra sociedad se centra más en la ternura de un niño que nace y olvida que ese niño es Dios. Esther y José Manuel ahondan aún más y afirman: "Dudamos bastante de que la sociedad resalte ninguna ternura en estas fechas. Por más que miremos a nuestro alrededor, no vemos más que ofertas para provocar deseos, demandas y consumo". 

Los hijos explican con sencillez lo que es la Navidad para ellos: "Judith piensa que es bueno que Dios nazca en una familia, porque así tiene papá; Víctor añade que también es importante que tenga mamá, y como Darío aún no habla, no hemos podido deshacer el empate".

Los abuelos tienen un papel fundamental en estas fiestas, "especialmente en Noche Buena, intentamos reunirnos en la medida de lo posible, teniendo en cuenta enfermedades y achaques. Los niños lo viven casi con euforia". 

En esta Navidad, esta familia se ha propuesto "intentar hacer el menor caso posible a las “pintorescas” costumbres sociales que no tienen nada que ver con la Navidad; y pensar que para Dios, la Navidad conduce siempre al pobre, al enfermo, al último, a la justicia y a lo pequeño".