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Cuidarnos nos hace humanos

Publicado: 11/09/2023: 7661

Final de la vida

Toda persona tiene derecho a acabar sus días en la tierra sin dolor, a su tiempo natural, sin que se acorte o se prolongue la vida. Del mismo modo, merece llegar al final informada adecuadamente, eligiendo el lugar, si es posible; participando en todas las decisiones importantes que le afecten y con la ayuda espiritual que precise. Para ello, la atención integral que ofrecen los cuidados paliativos se hace necesaria y su accesibilidad, un derecho de todo ser humano.

“No hay enfermos incuidables”, afirma la campaña de la Conferencia Episcopal a favor de la dignidad de la vida. De ahí la importancia de promover los cuidados paliativos y las herramientas que permiten asistir en el morir cuando llega el momento, con dignidad y en paz.

La práctica médica demuestra que el Cuidado de las personas al final de la vida debe plantearse desde una visión global del ser humano. Para ello, debe atender tanto la dimensión física como la psíquica, social y espiritual. Tienen la misma importancia el dolor, la tristeza, los problemas económicos, la falta de cobertura familiar y la ausencia de apoyo religioso. Si alguna de estas dimensiones no se trata adecuadamente, el final de la vida del enfermo no será pleno. Todos estos aspectos tienen una “terapia”: analgésico, oxígeno, apoyo psicológico o acompañamiento.

Los equipos de Cuidados Paliativos cuentan, por eso, con médicos, enfermeros, auxiliares, psicólogos, trabajadores sociales y capellanes. Llegado el momento, la muerte no ha de ser causada pero tampoco absurdamente retrasada, dicen los obispos españoles, que se unen al Papa y califican la eutanasia, legalizada en España en 2021, como una “derrota para todos”.

Eutanasia es la acción intencionada que provoca la muerte de una persona que padece una enfermedad avanzada o terminal, a petición expresa de esta, y en un entorno médico. No son eutanasia, sino “ortotanasia”, el dejar morir a tiempo, con dignidad y en paz, sin el uso de medios desproporcionados o extraordinarios. En ocasiones, es preciso acudir a la sedación paliativa. No acorta la vida, sino que puede incluso lograr lo contrario. Los últimos estudios vienen a confirmar que se puede prolongar (horas o días), ya que el paciente está en una adecuada situación de confort. Es un derecho del enfermo y una buena práctica médica. Sus criterios de indicación son muy concretos. Cuando el médico seda al paciente que se encuentra sufriendo en fase terminal y lo hace con criterios clínicos y éticos, no está provocando su muerte, sino evitando que sufra mientras esta llega.

¿CÓMO PUEDO ELEGIR?

La Iglesia invita a consultar el Testamento Vital «para evitar el atropello a la dignidad y a la libertad de la persona incapacitada que trae consigo la ley de la eutanasia». Este permite «protegerse frente a la Ley de la Eutanasia y resulta esencial para dejar constancia, de forma anticipada, de la voluntad personal de aceptar o rechazar determinados tratamientos médicos. De esta manera, se libera a los familiares del peso de tomar decisiones por el enfermo en situaciones tan dificiles y especifica el derecho a una atención espiritual». Su contenido debe después trasladarse al Registro de Voluntad Vital Anticipada del Sistema Andaluz de Salud. Toda la información y el documento están disponibles en conferenciaepiscopal.es.

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Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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