NoticiaEntrevistas Ana Mª Barrera: «Yo la Teología la vivo, me ha cambiado la vida» Ana maría Barrera, licenciada en Ciencias Religiosas Publicado: 17/07/2018: 17340 «Dios no elige a los capacitados, sino que capacita a los que elige, y así me siento yo, elegida por Dios, que ha permitido que estudie esta carrera universitaria tan difícil y a la vez tan increíblemente bonita. No dejo de dar gracias a Dios por ello», así se sentía Ana María Barrera (Córdoba, 1965), tras la defensa de su tesina en el ISCR “San Pablo”, lo que la convierte en licenciada en Ciencias Religiosas. El título de su tesina fue: “El silencio de Dios, el velo que oculta su providencia, sabiduría y amor”. ¿Cómo lo decidió? Lo decidí cuando estaba cursando la asignatura de Cristología, con Pedro Leiva, quien por cierto ha sido el director de la tesina. En esta asignatura descubrí realmente que Dios se encarna en Jesucristo y que, además de ser como nosotros, menos en el pecado, también vive el sufrimiento. Quería profundizar en este tema y aclarar que el sufrimiento que nosotros vivimos y el silencio de Dios que tantas veces sentimos, se ilumina con el acompañamiento de Dios: Él siempre nos acompaña en nuestros sufrimientos, aunque a veces no lo veamos. En esos momentos de silencio es cuando muchas veces nos alejamos de Dios, pero es cuando nos podemos agarrar más a Él. Un silencio de Dios que ha analizado en diversos personajes de la Biblia. Así es. Fue complicado elegir los personajes, porque en la Biblia hay muchísimos ejemplos de esta experiencia vital de todo creyente, el silencio de Dios: Abraham, el profeta Habacuc, Job, san Pablo… y, por supuesto, el mismo Jesús, en Getsemaní y en la propia cruz, donde exclamó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Ahí está Dios, demostrando cómo te ama incluso en la cruz, que es un misterio. ¿Y en santos actuales? Las experiencias tipo que hemos encontrado en la Biblia, las hemos buscado también en santos de la Iglesia de nuestro siglo, como Madre Teresa de Calcuta. En su obra “Ven, sé mi luz” se recopilan algunas de sus cartas, en las que expresa las dudas que sintió. Madre Teresa vivió el silencio de Dios durante décadas y a pesar de eso, fundó una obra religiosa y social impresionante. Una tesina preciosa, ¿tiene relación con su vida personal? Totalmente. Toda la formación que he recibido en estos años me ha llevado a descubrir y purificar mi fe, y a descubrir quién es Dios. El día de la defensa de la tesina fue el cúlmen de toda mi trayectoria. Yo no tenía estudios, tuve que hacer el acceso para mayores de 45 años para poder comenzar Ciencias Religiosas. Llegar a la defensa de la tesina a mis años y con mi trayectoria personal es para darle gracias a Dios. Todo lo que yo he conseguido ha sido por Él. Para mí, la Teología, además de la formación intelectual que me ha proporcionado, me ha transformado, porque la he hecho parte de mi vida. Yo la Teología la vivo, me ha cambiado la vida y ese testimonio lo tengo que seguir transmitiendo día a día. Una etapa que termina, ¿por dónde continuará? Yo me abandoné en el Señor cuando empecé y abandonada en Él sigo. Estoy segura de que me irá poniendo por delante lo que quiera que haga. Hasta ahora estoy colaborando en mi parroquia, en Arroyo de la Miel, preparando a los adultos para recibir el sacramento de la confirmación. Así empecé yo, a través de mi confirmación, ya como adulta. También estoy haciendo el curso de formación de Cáritas para colaborar desde ahí, y dando algunas clases de la Escuela Teológica, en la que también me formé. Seguiré profundizando en el silencio de Dios, porque este tema me apasiona, y ahora que he podido investigar y he conocido muchos libros que que no he podido terminar de leer, quiero seguir profundizando y dando mi testimonio, como buenamente pueda.