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Clausura del curso 2022-2023 de los Equipos de Nuestra Señora (Colegio La Asunción-Málaga)

Clausura del curso 2022-2023 de los Equipos de Nuestra Señora (Colegio La Asunción-Málaga)
Publicado: 24/06/2023: 4758

Homilía de Mons. Jesús Catalá en la Misa con motivo de la Clausura del curso 2022-2023 de los Equipos de Nuestra Señora celebrada en el Colegio La Asunción de Málaga.

CLAUSURA DEL CURSO 2022-2023 DE LOS EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA

(Colegio La Asunción-Málaga, 24 junio 2023)

Lecturas: Jer 20, 10-13; Sal 68, 8-10.14.17.33-35; Rm 5, 12-15; Mt 10, 26-33. (Domingo Ordinario XII-A)

1.- El evangelista Mateo pone en boca de Jesús esta exhortación: «No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna» (Mt 10, 28). 

El hombre está llamado a la eternidad; las cosas de este mundo son caducas y terminan. Pero Dios ha llamado al hombre para que comparta su vida después de la muerte temporal.

En la providencia divina las personas tienen mucho más valor que cualquier animal de la creación; si Dios cuida de todas las criaturas, a mayor razón cuida del ser humano, creado a imagen y semejanza suya (cf. Gn 1, 27), que vale mucho más que los animales: «Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones» (Mt 10, 31). 

2.- Esta enseñanza de Jesús nos cuesta asimilarla y nos aferremos a la vida temporal. Tememos perder lo que tenemos en la mano, porque, aunque sepamos que existe la vida eterna, al no disfrutarla nos duele perder lo que tiene, sin saber exactamente lo que pudiera tener después de esta vida.

Deseo aquí referirme a la conferencia que Gabi ha tenido antes de la celebración. Él ha dado su testimonio de que el Señor nos conduce haciendo su voluntad; y a nosotros nos cuesta ser conducidos. En el evangelio de hoy el Señor recalca la importancia de ser desprendidos de lo que tenemos. Su amor nos depara cosas mejores; pero hasta que nos encontramos en el brete, no las conocemos y no las podemos degustar. 

Pensando a modo humano, pensamos que Dios nos quita un trabajo, nos quita la salud, nos quita unas riquezas, nos quita unos proyectos; nos da la impresión de que Dios nos va desplumando; y no sabemos cómo vamos a reaccionar en esa situación novedosa, que nunca había pensado en ella. El Señor nos conduce por esa situación, porque Él sabe que nos conduce a mejor sitio. Lo difícil es dejarse llevar como los santos y como María, la Virgen. Eso no es fácil; pero la gracia de Dios me ayuda y me permite recorrer el camino que Él quiere para mí.

3.- Cuando Jesús envía a sus discípulos a la misión, les exhorta a no dejarse vencer por el desánimo, el temor o las críticas de los hombres; porque el miedo paraliza y provoca equivocaciones; el miedo no permite ver con claridad y obnubila la mente; el miedo nos deforma la realidad que se ve desde Dios. Las enseñanzas de Jesús se dirigen a sus discípulos y pretenden infundir fortaleza y valor ante el rechazo, la persecución o las situaciones adversas. 

¿Por qué hay que tener confianza y valor? En primer lugar, porque el Evangelio posee una fuerza imparable y el mensaje de Jesús terminará por imponerse. Entre luz y tinieblas vence la luz, porque la tiniebla no tiene consistencia, es simple ausencia de luz; entre amor y egoísmo vence el amor. En la oración colecta de hoy hemos rezado que el Señor nos sostiene en el fundamento de su amor, que es el fundamento de todo. Si creemos en el amor y vivimos en el amor, este fundamento no desaparece, sino que da consistencia a la vida humana, porque Dios es amor (1 Jn 4, 8). Estoy hablando a matrimonios; por eso os recuerdo que el amor es el fundamento de todo. Dios nos pone en el fundamento de su amor, que no falla nunca; aunque las personas pueden fallarnos.

4.- En segundo lugar, no hay que tener miedo porque sitúa a los discípulos ante el juicio final, para hacerles comprender que el juicio de los hombres no es definitivo, sino el de Dios. Jesús dice “no tengáis miedo”, porque lo que suceda en este mundo no es lo importante, sino lo que suceda al final en la eternidad; estamos en manos Dios, que es Padre providente. 

Jesús sitúa a los discípulos en lo que vendrá después de la muerte temporal. Cuidado, pues, de no apegarnos a lo caduco, porque sucumbiremos cuando lo caduco caiga.

5.- Y, en tercer lugar, ¿por qué no hemos de tener miedo? Porque estamos en manos de Dios, que es Padre providente, es Padre de amor. 

Vuestros hijos, desde su nacimiento han estado confiados en vuestras manos. Ellos se han fiado de vosotros. Tal vez deberíamos fiarnos un poco más del amor providente de Dios. 

El miedo hace imposible la construcción de una sociedad más humana, porque destruye la libertad y empobrece. Por el miedo construimos fortalezas, ponemos barreras y al final terminamos prisioneros de nosotros mismos. Las barreras que ponemos no nos defienden de los demás, sino que nos impiden abrirnos a los otros y gozar de ellos y de su amor.

Queridos matrimonios, nuestra sociedad necesita testigos del Evangelio, que vivan con coherencia su fe. El Señor espera que esto lo traduzcáis en hechos, palabras, razonamientos, explicaciones. Sois testigos de lo que el Señor nos dice en el Evangelio.

El Señor promete que defenderá ante el tribunal de Dios a quien dé testimonio de Él ante los hombres: «A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos» (Mt 10, 32). Pero dice una frase dura: «Si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos» (Mt 10, 33).

6.- Hace años, en 2012, celebramos el 50 Aniversario de la presencia en Málaga de los Equipos de Nuestra Señora. Os felicito por vuestra constancia y vuestra presencia en la Iglesia y en nuestra Diócesis; seguís participando en los Equipos; seguís amando y creyendo en Dios. 

Esperamos y deseamos que pueda celebrarse el Centenario de los Equipos de Nuestra Señora en Málaga; os toca a vosotros mantener la presencia de este don en la Iglesia. Es un estilo de comunicarse y de compartir en equipo y en familia.

Deseo remarcar vuestra vocación bautismal y la importancia de la Palabra de Dios, con la metodología propia de vuestro movimiento. Es importante la oración personal y comunitaria; así como compartir los ideales cristianos, las ilusiones, los gozos y esperanzas y el testimonio cristiano en nuestra sociedad; eso os enriquece como equipo y forma parte de vuestra espiritualidad. No perdáis ese estilo y esa espiritualidad. 

El Espíritu Santo suscita y suscitará otros carismas y dones; ¡bienvenidos sean! Cada cristiano acoge los dones que Dios le regala.

Os ayuda compartir la fe, la reflexión sobre la Palabra de Dios, el estudio de los temas, la dimensión familiar, social, política y económica. Todo aspecto de la vida humana debe estar iluminado por la Luz del Evangelio.

Ya sabemos que algunos políticos no quieren que los cristianos se metan en política ni participen en las decisiones. Pero no podemos zafarnos de nuestra misión de construir una sociedad mejor. Además, tenemos la mejor solución a todos los problemas humanos, porque la Luz de Cristo es el mejor instrumento de transformar y mejorar la sociedad; es mucho más importante y eficaz que todos los programas políticos. 

7.- Damos gracias al Señor, porque nos concede vivir el don del matrimonio y de la familia; y le pedimos que nos siga dando su gracia y su amor y que el movimiento de los Equipos de Nuestra Señora siga ayudando a muchas personas a vivir con alegría y fecundidad su fe cristiana desde la realidad familiar.

Aportad a la Iglesia, a las familias, a vuestros equipos, a la parroquia y a la sociedad vuestra experiencia, vuestro testimonio de fe. Muchas personas entrarían en la vida de fe y en la dinámica, si descubrieran la verdad de su vida y el sentido verdadero del matrimonio. ¡Qué lástima que muchos no vean esto por las vendas que llevan en sus ojos! Debemos ayudarles a quitarse esas vendas. Jesús curó a muchos ciegos, no solo de enfermedad física, sino de cegueras espirituales. Os animo a que ayudéis a los ciegos espirituales a quitarse las vendas, que les impiden ver la realidad humana y la transcendencia.

Pedimos al Señor que os convierta en testigos creíbles de su amor, expresado en el sacramento de matrimonio; y que los Equipos de Nuestra Señora den abundantes frutos espirituales, siguiendo su estilo, su método y su espiritualidad propia.

8.- El papa Benedicto XVI nos pidió que abriéramos caminos para que nuestros contemporáneos puedan encontrarse con Dios (cf. Verbum Domini, 2); ésta es una tarea importante y os animo a que abráis caminos. Con testimonio y creatividad podemos ayudar a otros a encontrarse con el Señor. También nosotros hemos recibido el testimonio de otros creyentes y hemos encontrado en la fe el sentido último de nuestras vidas.

La Virgen María tiene una presencia especial en la vida de los Equipos de Nuestra Señora, porque están bajo su protección maternal. Ella es madre, virgen y esposa, como reza un cántico antiguo; Ella es mujer creyente y discípula predilecta del Señor. 

Ahora proseguimos la celebración dando gracias a Dios por este curso pastoral que termina y pidiéndole que nos ayude a ser testigos auténticos de su amor infinito. Y a la Virgen María le pedimos su intercesión maternal, para que siga acompañándonos en nuestro camino hasta la eternidad, trascendiendo la muerte temporal. No os soltéis nunca de su mano maternal. Amén.

 

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