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Corpus Christi (Catedral-Málaga)

Procesión del Corpus Christi 2023 entrando en calle San Agustín. FOTO: Agrupación de Cofradías
Publicado: 11/06/2023: 4631

Día de Caridad

Homilía del Sr. Obispo de Málaga en la Eucaristía con motivo de la festividad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Día de Caridad 2023

“CORPUS CHRISTI”

(Catedral-Málaga, 11 junio 2023)

Lecturas: Dt 8, 2-3.14-16a; Sal 147, 12-15.19-20; 1Co 10, 16-17; Jn 6, 51-58. (Día Nacional de Caridad)

La Eucaristía, centro de la vida cristiana

1.- Muy queridos sacerdotes y estimados fieles, “la Eucaristía es verdaderamente el centro de toda la vida cristiana, tanto para la Iglesia universal como para las comunidades locales de la misma Iglesia” (Sagrada Congregación de Ritos, Eucharisticum mysterium [1967], 6). Los demás sacramentos, ministerios y obras de apostolado están unidos por la Eucaristía y hacia ella se ordenan.

Jesús dice de sí mismo, como nos ha dicho el evangelista Juan: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre» (Jn 6, 51); «el que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna» (Jn 6, 54).

“En la sagrada Eucaristía se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo en persona, nuestra Pascua y pan vivo, que, por su carne vivificada y que vivifica por el Espíritu Santo, da vida a los hombres, que de esta forma son invitados y estimulados a ofrecerse a sí mismos, sus trabajos y todas las cosas creadas juntamente con él” (Concilio Vaticano II, Presbyterorum ordinis, 5). Unidos a la oblación de Cristo en la cruz, cuyo memorial es la Eucaristía, estamos invitados a entregarnos y a darnos nosotros también.

La Eucaristía es el culmen de la acción por la que Dios santifica al mundo en Cristo y del culto que los hombres tributan a Cristo, y por él al Padre en el Espíritu Santo (cf. Concilio Vaticano II, Sacrosanctum Concilium, 10); es a la vez ambas cosas: acción por la que Dios santifica y culto que damos a Dios. Su celebración “contribuye en sumo, grado a que los fieles expresen en su vida y manifiesten a los demás el misterio de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia” (Ibid., 2). Con ello remarcamos que la Eucaristía es centro de la Iglesia universal y única.

2.- El misterio eucarístico es también el centro de la iglesia local (cf. Sagrada Congregación de Ritos, Eucharisticum mysterium [1967], 7); de cada diócesis, de cada comunidad cristiana, de cada parroquia, porque la Iglesia de Cristo está presente en todas las legítimas reuniones locales de los fieles que, unidos a sus pastores, reciben también el nombre de iglesias. Ellas constituyen el nuevo pueblo de Dios y en ellas se congregan los fieles por la predicación del evangelio de Cristo y la celebración del misterio eucarístico. Todos pertenecemos a una comunidad de fe; como decía el papa Benedicto XVI, no se vive la fe en solitario, sino en comunidad.

En estas comunidades, por pequeñas y pobres que sean, Cristo está presente, dando unidad a la Iglesia, una, santa, católica y apostólica. En todo altar se manifiesta el símbolo de la caridad y de la unidad del Cuerpo místico de Cristo, sin la cual no puede haber salvación.

Porque la participación del Cuerpo y Sangre de Cristo no hace otra cosa sino transformarnos en aquello que recibimos. Todo cristiano debe alimentarse del Cuerpo de Cristo y dejarse transformar por él; al contrario que el alimento natural, que se convierte en el cuerpo de quien lo toma, al recibir el Cuerpo de Cristo somos transformamos nosotros en Cristo, que nos diviniza.

3.- Con motivo de la presente festividad deseo anunciar que el próximo día 30 de junio vamos a inaugurar en la ciudad de Málaga un lugar para la “Adoración Perpetua” en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, que fue sede de la parroquia de San Patricio en el barrio de Huelin. Ya hay inscritos unos 400 adoradores; animamos a ofrecer un tiempo de nuestra vida para dedicarlo a la adoración eucarística.

Desde hace años existen ya en nuestra Diócesis otros dos lugares de “Adoración perpetua”, uno en Estepona y otro en Marbella. Quiero agradecer la iniciativa y el tesón de los fieles, que llevan años intentando hacer posible este lugar; y, finalmente, el Señor nos regala esta posibilidad.

4.- La fiesta de “Corpus Christi” nos invita a entrar en el misterio de la Eucaristía, que, en palabras del papa Benedicto XVI, “actualiza sacramentalmente el don de la propia vida que Jesús ha hecho en la Cruz por nosotros y por el mundo entero. Al mismo tiempo la Eucaristía nos hace testigos de la compasión de Dios por cada hermano” (Sacramentum caritatis, 88). Participar de la Eucaristía nos hace más compasivos, más misericordiosos, más tiernos de corazón eliminando su dureza. Si asumiéramos lo que significa el misterio eucarístico, podríamos vivir con mayor paz.

El Mensaje de los obispos de la Subcomisión para la Acción Caritativa y Social nos ofrece una reflexión sobre nuestra misión: “Tú tienes mucho que ver. Somos oportunidad. Somos esperanza”

La Eucaristía, sacramento del amor, aviva en nosotros la fe y la esperanza, pues donde el ser humano se siente amado, experimenta la salvación de Dios y descubre que es posible la esperanza (cf. Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia, 59). No hay esperanza sin amor, y no hay amor sin fe; las tres virtudes teologales, que Dios nos regala en el bautismo, van siempre unidas: fe, esperanza y caridad.

Desde el misterio de amor, de fe y de esperanza, que es la Eucaristía, invitamos a todos los cristianos, y de manera especial a quienes trabajáis en la acción caritativa y social, a descubrir el sufrimiento de nuestros hermanos más pobres, a escuchar sus gritos y acercarse a ellos para llevarles esperanza.

5.- Existen personas y familias que viven en situaciones de pobreza en nuestra sociedad, aunque ésta tenga abundancia de bienes materiales.

Existen grandes desigualdades entre personas, cuyas causas son muchas: crisis económicas, inflación, evolución del coste energético, desigualdades sociales, exclusión, brecha digital y otras, alto coste de la vivienda, situaciones políticas inestables (cf. Informe de Cáritas y la Fundación Foessa, Evolución de la cohesión social y consecuencias de la covid-19 en España).

Hemos de abrir los ojos a la realidad y dejarnos afectar por ella. “El Señor Jesús, Pan de vida eterna, nos apremia y nos hace estar atentos a las situaciones de pobreza en que se halla todavía gran parte de la humanidad” (Sacramentum caritatis, 90).

Ante esta realidad no podemos permanecer como espectadores, ni siquiera como meras voces críticas, sino que estamos llamados a “ser parte activa en la rehabilitación y auxilio de las sociedades heridas” (Papa Francisco, Fratelli tutti, 77).

Los obispos españoles hemos insistido en la dimensión transformadora de la actividad caritativa y hemos manifestado que “nuestra caridad no puede ser meramente paliativa, debe ser preventiva, curativa y propositiva. La voz del Señor nos llama a orientar toda nuestra vida y nuestra acción desde la realidad transformadora del reino de Dios”. (Conferencia Episcopal Española, Iglesia, servidora de los pobres [2015], 42).

6.- La luz del evangelio y el amor de Dios transforman y mejoran la vida humana. Los cristianos hemos de ser portadores de la luz y del amor de Cristo, que transforman.

Todos podemos ser instrumentos de esperanza, ofreciendo oportunidades a los más necesitados. Nuestra tarea no consiste solo en cubrir las necesidades de los otros, sino en ofrecer posibilidades para abrir caminos de esperanza.

Queremos agradecer en este Día de Caridad el servicio de todos los fieles cristianos, parroquias, comunidades, cofradías, hermandades, asociaciones y movimientos eclesiales, que, movidos por su amor a Dios ofrecen a los más necesitados la esperanza de una vida mejor.

Que la celebración y la adoración eucarísticas nos ayuden a ser oportunidad y esperanza para los que viven en la pobreza y en la exclusión.

En breve saldremos por las calles de Málaga, cantando, alabando y adorando a Jesucristo Sacramentado; que sea un testimonio de fe viva y de compromiso con los más necesitados.

Pedimos a Santa María de la Victoria, nuestra Patrona, que interceda por nosotros y nos acompañe, para adorar a Cristo sacramentado y ayudar mejor a nuestros hermanos. Amén.

 

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