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La oración

Publicado: 24/02/2014: 7149

La oración es un abismo: el abismo del hombre que invoca al abismo de Dios, decía Ángel Silesius. La oración siempre avisa: aquí no sirven esquemas, ni caretas, ni palabras a medias.

La oración es un mar que descubre quien se adentra y persevera.
La oración es un abismo: el abismo del hombre que invoca al abismo de Dios, decía Ángel Silesius. La oración siempre avisa: aquí no sirven esquemas, ni caretas, ni palabras a medias.
La oración necesita acallar los ruidos de la mente y sosegar los latidos del corazón.
La oración es luz, aunque nos bañen las tienieblas; y camino, aunque no encontremos la senda.
La oración transforma el dolor en cruz y el vacío en presencia salvadora.
La oración es palabra, postura, gesto, respiración, mirada, silencio, presencia y abandono.
La oración es consuelo, sostén, llegada, fortaleza, paz y encuentro de amor y alegría.
La oración descubre nuestro centro, la Presencia que nos mira y ama.
La oración introduce en la danza de lo eterno.

Autor: Lorenzo Orellana, sacerdote

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