Los hermanos Silvestre Pérez Laguna, Segundo Pastor García, Baltasar del Charco Horques, Gumersindo Sanz Sanz, Honorio Ballesteros Rodríguez, Raimundo García Moreno, Estanislao de Jesús Peña Ojea y Salustiano Alonso Antonio formaban parte de la comunidad religiosa del centro psiquiátrico de San José de Málaga y murieron el día 17 de agosto de 1936 junto a las tapias del cementerio de san Rafael. Son parte de esos 522 mártires que serán beatificados el próximo domingo en Tarragona.

Estaban sirviendo la cena a los enfermos cuando fueron detenidos con el objeto de llevarlos a declarar ante el gobernador que los reclamaba, excepto el Superior, el padre Gil de san José, que fue obligado a permanecer en el hospital. Fray Luis Valero, delegado por el Superior Provincial para la beatificación de los mártires de los Hermanos de San Juan de Dios de Málaga, nos cuenta que «el P. Gil, hablando con los hermanos, les comunicó sus peores presentimientos, me temo que esto sea una emboscada, sería conveniente que fueran preparándose, por lo que pudiera ocurrir, a lo que muy animosos contestaron todos, sea lo que Dios quiera. Subidos a los coches excepto el hermano Marcos Vergara, de nacionalidad colombiana, los trasladaron no a la cárcel para ser interrogados por el gobernador, sino directamente al cementerio de san Rafael, en cuyas tapias fueron fusilados siete de ellos. Al hermano Segundo lo mataron a la salida de la ciudad».

Fueron identificados por los objetos hospitalarios que portaban, el termómetro, el reloj, las medallas y un purificador, y por la marca de sus ropas y enterrados en la fosa común de dicho cementerio hasta noviembre de 1941, en que exhumaron sus restos, por deseo del Obispo Santos Olivera, que quiso honrar a aquellos más de novecientos cuerpos de sacerdotes, religiosos y cristianos laicos, en un lugar sagrado como reliquias de santos en espera de ser reconocidos como tales; depositándolos en una cripta realizada para tal efecto en la capilla del Cristo de la Agonía de la catedral malagueña.