El miércoles 10 de julio, la exposición "Pedro de Mena, granatensis malacae" ha recibido una visita muy especial: la de algunos residentes del Buen Samaritano, de Churriana. Movidos por la información que les llegaba, quisieron acercarse a conocer esta muestra monográfica, y los responsables del centro, en coordinación con el Palacio Episcopal de Málaga, lo han hecho posible. Han acudido junto a voluntarios del centro, apoyados por varios voluntarios de Cruz Roja.

Durante la visita, Pilar García, trabajadora social del centro gerontológico, explica que «han asistido aquellos que tienen interés en el arte. Es maravilloso ver cómo están disfrutando, la auténtica devoción con que contemplan las imágenes... Después de la exposición, los llevamos a dar un paseo por el entorno de la Alcazaba y el Teatro Romano, para acabar almorzando juntos en un restaurante típico».

D. Ramón Buxarráis, obispo emérito de Málaga, ha querido destacar el valor de esta iniciativa cultural. «La exposición me ha parecido admirable, fabulosa. Jamás hubiera yo pensado en mi tiempo que el Palacio Episcopal fuera lugar de exposiciones como esta que estamos visitando. Felicito al Señor Obispo, a los organizadores, a todos. ¡Felicidades por esta exposición y que se repita!», ha dicho.

José Durán, sacerdote, confiesa que le cuesta quedarse con una sola de las imágenes. «Es un acontecimiento esta exposición, y poder venir a verla, un regalo». Por su parte Manuel Gámez, sacerdote también residente en el centro, ha dicho que es «maravillosa por el contenido y cómo está expuesto. Te sobrecoge ver, por ejemplo, la sala dedicada a la pasión del Señor, las dolorosas, los ecce homo, la colección de las inmaculadas. Me he alegrado mucho de ver la imagen de la Inmaculada que veneramos en el Seminario, obra de Pedro de Mena. ¡Cuántas veces habré rezado yo ante esa Virgen, y cuántas novenas hemos celebrado ante ella! ¡Me ha emocionado mucho! Es una preciosidad. Hay también una Virgen en adoración al Niño Lesús dormido. Sus ojos se ve que están mirando para adentro. Es una maravilla».

Vicente Maíso, también sacerdote, se queda con las miradas de las imágenes como el elemento que más le ha impresionado de la obra reunida en esta muestra. «Refleja auténticamente la vida interior de la Virgen, San José... esa abundancia de interioridad queda reflejada en el exterior, sobre todo en la mirada, en los ojos», explica. 

Eva Víbora es una de las voluntarias de El Buen Samaritano que ha acompañado a los participantes en la visita. «A mí acompañarles y estar cerca de ellos me aporta mucho en mi vida. Compartir salidas o simplemente estar y que te cuenten sus vidas es muy bonito. Esta visita en concreto ha sido preciosa. Por la propia exposición y por verlos disfrutar tanto», cuenta.