En 1864 aparecieron dos documentos pontificios: la encíclica “Quanta cura” y el “Syllabus”. La encíclica ofrece una síntesis orgánica de la ideología del siglo XIX, con una visión muy negativa de la época. El “Syllabus” es una especie de catálogo donde se recoge un conjunto de condenaciones referentes a problemas filosóficos, religiosos, morales y políticos del siglo XIX. Ambos documentos condenan el panteísmo, el racionalismo, e indiferentismo religioso, el naturalismo y la incompatibilidad razón-fe. Muestran su rechazo a la moral laica que prescinde de Dios. Así mismo, se condenan errores relativos a la naturaleza de la Iglesia. Se rechaza la tesis liberal sobre la separación Iglesia-Estado, como también la libertad de culto y de imprenta.

Las polémicas suscitadas fueron enormes, sin embargo, estos documentos tienen una parte válida y otra caduca. Sigue siendo válida la condenación del panteísmo, del utilitarismo como norma moral y del indiferentismo. Es válida la actitud de condenar la voluntad de la mayoría como criterio último de verdad. Es válido el rechazar la concepción del Estado ético, creador de su propia moral.

Es discutible el condenar la separación Iglesia-Estado. No es aceptable la condenación de la libertad de conciencia y de culto. El gran fallo o laguna, especialmente del “Syllabus”, fue que pecó de concisión y brevedad. No se opuso al progreso técnico o científico, como muchos afirman. Condenó errores, pero no marcó lineas positivas de actuación para los católicos. Así que los más conservadores quedaron satisfechos y los más liberales quedaron desconcertados. Otros radicales rechazaron ambos documentos, pues pensaron que en ellos se rechaza la cultura moderna, la libertad y el progreso.