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«Volvamos al pueblo loco de amor por Jesucristo Sacramentado»

Publicado: 04/01/2013: 4675

Málaga es cuna de la congregación nazarena, pues siendo Manuel González obispo de Málaga, comienzan las primeras hermanas a vivir en comunidad.

Desde 1921, vivieron en la casa del Monte, Villa Nazaret, al pie del Seminario que el mismo fundador construyera. Por diversas circunstancias históricas las Misioneras Eucarísticas tuvieron que abandonar su casa fundacional. Pero en abril de 1994, nuevamente la congregación tuvo la posibilidad de ocupar la casa, remodelándola para ofrecerla a la Diócesis como Casa de Espiritualidad, conocida hoy como “Villa Nazaret”. Cuenta la congregación con una segunda comunidad en la Casa de Marqués de Valdecañas. Dicha comunidad ofrece a la Diócesis el servicio de atención a la liturgia y espiritualidad a través de la librería religiosa. Además las hermanas de las dos comunidades realizan lo que el beato Manuel González expresaba como “viaje de ida y vuelta”, de Cristo al pueblo, el de ida; y el de vuelta, del pueblo a Cristo. Con este fin y para animar los grupos de la Unión Eucarística Reparadora, visitan las parroquias de la ciudad y pueblos y, en coordinación con los párrocos, realizan semanas de espiritualidad, retiros, catequesis y formación de catequistas, animación de la liturgia, misiones populares, siempre con el deseo de “eucaristizar”, que según el fundador, quiere decir: ”Volver al pueblo loco de amor por Jesucristo Sacramentado”.

En Málaga hay un grupo de 18 misioneras seglares. Su carisma es, como el de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret: hacer de la Eucaristía el centro de nuestra vida consagrada, siendo presencia ante el abandono de Jesús en el Sacramento y en los pobres más necesitados. Su apostolado es la evangelización a todos los niveles: colaborar en las parroquias en la revitalización de la vida cristiana, donde se lo pidan, con grupos de liturgia, catequesis, Sagrada Escritura, acción social..., ayudar en los grupos de catequesis de la parroquia, colaborar en la preparación y celebración de la liturgia, potenciar los Jueves Eucarísticos, ser ministras extraordinarias de la Comunión, proporcionar alimentación para personas necesitadas, visitar residencias de ancianos...
Están extendidas en distinta ciudades de España, Portugal y también en Hispanoamérica: Argentina, Ecuador, Perú, México y Venezuela.  

Autor: diocesismalaga.es

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