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David Escobar Galindo, premio mundial Fernando Rielo de Poesía Mística

Publicado: 24/12/2011: 3675

«Hombre hacia Dios» del poeta salvadoreño David Escobar Galindo, ha sido galardonado con el XXXI Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística.

El poeta salvadoreño ha sido elegido entre los 12 finalistas de 8 países, seleccionados entre 271 obras procedentes de 34 países. El jurado, que ha señalado el buen nivel general de las obras presentadas y la calidad de las obras finalistas, ha sido presidido por: Dr. D. Jesús Fernández Hernández, Presidente de la Fundación Fernando Rielo y del Premio. El Comité de Honor de esta XXXI edición estaba presidido por el Cardenal Antonio Mª Rouco Varela e integrado por otras personalidades.

En el mensaje del Presidente de la Fundación, Jesús Fernández Hernández, se destaca que: “La vida que expresa la poesía mística es la propia vida del hombre, vida que se fragua en el dolor de la fe, de la espera y del amor sin pausa por un Padre Eterno que, amante del ser humano, quiere que éste libremente le ame en medio de las dificultades y pruebas de la existencia. que, amante del ser humano, quiere que éste libremente le ame en medio de las dificultades y pruebas de la existencia.

En este sentido, Cristo es el poeta que mejor encarna, con su vida, el dolor del amor. El verdadero amor duele: duele en el nacer y en el morir, en la vigilia y en el sueño, en el dar y en el recibir, en la abundancia y en la escasez, en la salud y en la enfermedad. El verdadero amor es sufriente porque se enfrenta a la vida para que ésta madure, se desarrolle y no desfallezca. El amor posee innumerables dimensiones con sus aristas que duelen al rozar con el acantilado abrupto de la vida.… La vida necesita del soplo divino: un soplo que dulcemente duele; un soplo que necesita atención, cuidado, seguimiento; un soplo que inspira al poeta en la cotidianidad de la existencia, en el afán triste o gozoso de cada día, en la adversidad y en la fortuna, en la búsqueda y en el hallazgo. El amor es la esencia de la vida"

Hombre hacia Dios

Le escribo a Dios cada mañana una pequeña fábula sonriente.
A mediodía, le escribo a Dios a diario un ardoroso ensayo sobre las poluciones de la fe.
Cuando atardece, le escribo a Dios sin falta un mensaje en clave de nostalgia.

Le escribo a Dios cada crepúsculo una escueta nota de despedida.
Y a diario, al emprender la noche, le escribo a Dios una oración sin nombre.
A medianoche, pues, todo está escrito.
Todo está escrito, por mí, cronista inmemorial, escribano de Dios,
notario distraído que a la mañana siguiente no se acuerda de nada,
para empezar de nuevo con el alma desnuda.

Autor: diocesismalaga.es

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