NoticiaOración Daniel y Maricarmen: «Dios nos cogió de la mano desde el minuto uno de nuestra relación de pareja» Daniel Moreno Sánchez y Maricarmen Gómez Morant Publicado: 07/02/2022: 10164 Así rezan Daniel Moreno Sánchez y Maricarmen Gómez Morant se casaron el 28 de julio de 1990 y tienen 4 hijos. Este matrimonio forma parte de la Delegación de Pastoral Familiar, desde la que se está organizando, junto a todas las delegaciones de España, la Semana del Matrimonio, que tiene lugar del 14 al 20 de febrero. Miembros del Movimiento de los Focolares, así nos cuentan cómo la oración es uno de los pilares de su vida. ¿Recordáis vuestra primera oración juntos? Empezamos a salir en 1982; estábamos en COU juntos, y seguimos juntos, gracias a Dios, después de muchas dificultades y algunas crisis. Precisamente le pedí salir durante unos Ejercicios Espirituales que organizaban los Hermanos Maristas, dirigidos por el maravilloso cura pasionista José Luis Cacho, que fue el que nos casó, precisamente, después de ocho años de novios. Por eso, hicimos muchas oraciones juntos, aunque no recordamos exactamente la primera. Ella me dijo el sí definitivo el domingo de esa semana después de misa. Por lo que veis, Dios nos cogió de la mano desde el minuto uno de nuestra relación de pareja. ¿Qué significa la oración en vuestra vida? La vida, especialmente la matrimonial y familiar, debe ser muy equilibrada; debe haber ratos para el trabajo, ratos para disfrutar en familia o en la pareja, y ratos para la oración. Respecto a la oración, por las circunstancias de la vida, hemos ido descubriendo gradualmente la importancia de buscar ese momento de intimidad con Dios, María, Jesús, los santos… para ver cómo llevamos nuestra alma, para dar gracias, y para pedir (por nuestros hijos, por nuestras preocupaciones, por los demás…), que no sólo hacemos individualmente sino también en pareja, y muchas veces en familia. ¿En qué momentos os habéis agarrado con más fuerza a ella? Los momentos más importantes han sido en relación a las dificultades por las que hemos atravesado en la relación con nuestros hijos, ya que dichos momentos difíciles han sido (y siguen siendo), frecuentes, aunque en un periodo gracias a Dios lejano de vuestra vida de familia, fueron muy intensos y prolongados. Pero no perdimos la fe en Dios y seguimos rezando. Finalmente, para muchos de ellos, la providencia nos ha regalado un final feliz, que pensábamos imposible. También ha sido fundamental en momentos de aclararnos el camino que debíamos tomar en numerosos hechos de nuestra vida (nuestra vocación al acompañamiento, decisiones respecto a la educación de nuestros hijos, aspectos económicos…); eso sí, siempre hemos intentado buscar el camino juntos. ¿Cómo es vuestra oración en familia, con vuestros hijos? Al principio cuando eran más pequeños era más fácil buscar algunos momentos de oración juntos; al ser más mayores, cada uno va tomando sus caminos de búsqueda espiritual. Pero seguimos manteniendo algunos momentos de oración juntos como la lectura del Evangelio del día a primera hora o la bendición de la mesa, y en Adviento solemos rezar un rosario semanal al encender la corona. ¿Cuál es vuestra oración favorita, para recomendar? La primera y básica es el Evangelio, ya que la meditación diaria de la Palabra de Dios, aunque sea brevemente, es fundamental para orientar la brújula diaria; esto lo hacemos individualmente o juntos siempre que podemos, durante el día. Solemos seguir la Palabra de Vida que mensualmente selecciona el Movimiento de los Focolares, así como otros instrumentos de oración diaria breves (el Pasapalabra, que es una frase orientadora con un pequeño comentario, los cinco minutos del Espíritu Santo, o las inspiradoras propuestas de las Dominicas de Lerma). Se trata de intentar que los afanes de la vida no nos desvíen del camino, o bien regresar al camino si nos hemos desviado. Rezamos también diariamente el Rosario; hace unos años en una peregrinación a Medjiugorje, descubrimos la importancia de rezar a la Virgen, y sentimos su petición a ambos de rezar el Rosario diariamente. Es un momento de intimidad con María que nos ayuda mucho.