NoticiaOración Francisco Rivas, estudiante de Derecho: «Sin la oración, la vida sería en blanco y negro» Publicado: 20/01/2022: 7245 Así reza En torno a la fiesta de su patrón, santo Tomás de Aquino, que se celebra con una Eucaristía en la Catedral el domingo 30 de enero a las 11.30 horas, Francisco Rivas Sánchez, de 19 años y estudiante de segundo año del Grado en Derecho en la UMA, comparte su experiencia de oración. Este joven universitario vive su fe en la parroquia de Santa María Goretti y en Pastoral Universitaria, a la que se unió al ingresar en la universidad y donde coordina el sector de jóvenes ¿Quién te enseñó a rezar? ¿Qué recuerdas de eso? Mi primer contacto con la oración fue en el colegio, como niño, con mi profesora de religión, Yolanda; entraba a clase siempre con la Biblia en la mano. Allí aprendí a leer y buscar en ella, y todo el mensaje y el significado que nos regala la Palabra. Más adelante, de la mano de las Esclavas, fue madurando mi vida de oración, pasando a ser algo constante y fundamental en mi vida. ¿Qué significa la oración en tu vida? ¿Podrías vivir sin rezar? Para mí la oración es una fuente de agua fresca y viva que me da fuerzas, llena de alegría mi día a día, me fortalece en el cansancio y en el agobio de los estudios.… La oración es un diálogo constante con un amigo que me ama, que me escucha y que me cuida. Yo pienso que no, no podría de vivir sin rezar. De una forma u otra, la oración se hace presente siempre en lo cotidiano de mi vida, y si me faltara, todo se volvería monótono, sería como vivir la vida en blanco y negro. ¿En qué momentos la tienes más presente? En todos. En los momentos de dificultad para pedir y en los de alegría para dar gracias; siempre me gusta pedir por distintas realidades, rezar por quien sé que lo necesita. La oración es una forma también de cuidar al prójimo y crecer en el amor. ¿Cómo rezas, en qué momento, en qué lugar? Hay mil formas de rezar, y dependiendo del momento vital y de las circunstancias lo hago de una manera u otra. Diariamente leo las lecturas del día en el bus camino de la universidad, y también me ayuda escuchar la app “rezando voy”. Por la noche intento siempre terminar el día rezando completas con Radio María. En mayo rezo cada día el rosario. En cuaresma rezo en la campaña “40 días por la vida”. Y en verano me encanta ir a la naturaleza y hacer allí oración. Pienso que cualquier gesto, canción, situación… puede llevarte a hacer oración, y el momento y lugar puede ser cualquiera, me gusta la frase de santa Teresa que dice: “también entre los pucheros anda el Señor”, pues igual en mi vida, entre los libros de Derecho, entre mis amigos, mi familia, mi grupo de jóvenes de la parroquia, las reuniones de la delegación… en todo está el Señor. ¿Por qué recomendarías la oración a alguien que no la practique? Recomiendo la oración a todos, jóvenes y adultos, ya se sientan más o menos cerca del Señor. Pues Él está con nosotros siempre y la oración es una manera de sentir su presencia, hacernos conscientes de su estar silencioso y constante, es un abrazo que cura y fortalece. Me gusta la metáfora que me puso una vez una religiosa adoratriz, que comparaba nuestra vida de fe con una bicicleta, siendo la oración una de las ruedas. Sin la oración, no avanzamos, así que la recomendaría, pues para crecer como cristianos es imprescindible practicarla. ¿Cuál es tu oración para recomendar? Sería imposible decantarme por una. Destacaría el Rosario, que parece que es una oración que ha caído en desuso, pero yo animo a redescubrirlo, a encomendarse a María que es el camino más directo y seguro hacía el Señor. Y también la oración de san Francisco de Asís: “Señor, hazme un instrumento de tu paz”, pues me hace caer en la cuenta de que somos instrumentos en sus manos y me hace consciente de todo lo que tenemos que dar a los demás. ¿Cómo te ayuda Pastoral Universitaria a tener esos momentos de oración? Es un lugar privilegiado para vivir la oración en un ambiente como es la Universidad. En el compartir con jóvenes y profesores, en la Eucaristía y en la formación, no solo académica, sino espiritual. Nuestro estudio de hoy es nuestro servicio de mañana, y de esto me hago consciente en la Pastoral Universitaria. Es imprescindible ese diálogo entre la fe y la cultura, que es el motor de la Pastoral, y me ayuda a descubrir las necesidades de nuestro tiempo, para orar por ellas y también llevar el mensaje de Cristo a tantas personas que aún no lo conocen. ¿Cómo reaccionan tus compañeros cuando saben que rezas? Creo que quien me conoce lo ve con normalidad. Es verdad que para algunos puede romper esquemas. Pero yo lo digo abiertamente, vivo mi fe de manera pública, intento que con mi vida y forma de actuar se refleje en mi día a día, pues nuestra misión es evangelizar, y el amor y la alegría de la fe no hay mejor manera de compartirla y trasmitirla que con el ejemplo.