El semanario DiócesisMálaga cumple mil números y casi veinte años de presencia en las parroquias malagueñas, algo que me llena de alegría y que vuelve a remover en mí recuerdos entrañables. Era un joven recién salido de la Facultad de Periodismo cuando el entonces responsable diocesano de Medios de Comunicación, Juan Antonio Paredes, pidió colaboración a diversas personas para sacar adelante este proyecto.

Otras diócesis españolas ya contaban por aquel entonces con semanarios de este tipo muy asentados, pero no así Málaga, donde cada parroquia trataba de llevar por su cuenta y como podía algún tipo de información a sus feligreses.

El objetivo era contar con un instrumento unificador, elaborado de forma profesional y que ayudara a crear conciencia de Iglesia local. Fueron semanas de intenso trabajo junto a mi amigo Antonio Moreno, periodista que sigue integrando actualmente la delegación de Medios, y a un entusiasta grupo de asesores los que dieron como fruto el primer número de Diócesis en septiembre de 1997.

Un recién nacido que, como es natural, ha ido cambiando de fisonomía con los años. En definitiva, un vehículo que, a semejanza de las barcas del mar de Galilea, sirve para transportar cada domingo por todas las orillas la Buena Noticia de Jesucristo.